Esperanzadora homilía del primado polaco en Roma

"Nadie tiene el derecho de manipular y excitar la rabia de los polacos", dijo el domingo el primado de Polonia, Jozef Glemp, en una homilía eminentemente conciliadora pronunciada en la iglesia de San Estanislao, de Roma. Concelebraron la misa con Glemp el cardenal de Cracovia, Macharski, y el obispo de Wroclaw, Gulbinowicz, que llevan cuatro días en el Vaticano celebrando una cumbre con el Papa sobre los problemas de Polonia. El primado leyó diez folios. Se trataba de un discurso aprobado por el Papa. De hecho, este domingo fue el único que Juan Pablo II no dedicó ni una palabra a los asuntos de Polonia."Nuestra patria está enferma", dijo Glemp. Y añadió que, a pesar de todo, Polonia, que tiene una gran tradición de nobleza, desea salir de esta crisis "por los caminos del amor". Glemp confesó su esperanza en que los polacos sean aún capaces de ponerse de acuerdo: "Habrá", dijo, "un puesto para Solidaridad, como para toda la Iglesia, porque Polonia es la patria de todos los polacos, una patria tolerante que debe respetar la legalidad".

Todo el discurso del primado estuvo impregnado de un tono de conciliación. "Tenemos confianza en que, con la ayuda de Dios, Polonia no se convertirá en campo de un enfrentamiento sangriento".