El Parlamento portugués ratifica inicialmente la concesión a la Iglesia de una cadena de televisión

El Parlamento portugués rechaza las tesis socialistas y comunistas acerca de la inconstitucionalidad de la atribución de una cadena de televisión a la Iglesia católica. El proyecto del Gobierno tiene vía libre para ser discutido en el pleno de la Cámara.El debate, suscitado por el partido socialista luso, se centró sobre el monopolio estatal de la televisión, el Concordato, la libertad religiosa y la no discriminación por motivos confesionales o ideológicos. Prevaleció la voluntad política del Gobierno de Alianza Democrática de extender a la televisión el privilegio (de hecho, y no de derecho) de que dispone la Iglesia portuguesa en materia de radio. Radio Renascenga, la única emisora portuguesa privada, pertenece mayoritariamente al episcopado luso.

El partido socialista acusó públicamente al Gobierno de pretender crear deliberadamente un nuevo conflicto institucional con la Presidencia de la República y el Consejo de la Revolución, partiendo del supuesto que la Comisión Constitucional se pronunciara por la inconstitucionalidad del proyecto gubernamental.

En los medios de Alianza Democrática nadie esconde que los partidos de la coalición de centro derecha esperan sacar importantes dividendos electoralés de la creación de esta cuestión religiosa. Al oponerse a la influyente Iglesia católica sobre la cuestión de la televisión y de la devolución a la orden de la Misericordia de cerca de doscientos hospitales estatalizados en 1975, el partido socialista se arriesga a suscitar una seria hostilidad por parte del clero.

Este y muchos otros índices revelan que Portugal está entrando, una vez más, en precampaña electoral. El partido socialista se esfuerza en presentar una imagen de unidad reencontrada, capaz de darle un mínimo de credibilidad como alternativa de izquierda, al mismo tiempo que endurece hasta extremos que hacen recordar el verano caliente de 1975.

Este, plenamente movilizado en apoyo de la creciente agitación laboral, abre nuevos frentes de batalla, anunciando por ejemplo para hoy la presentación al Parlamento portugués del primer proyecto de ley sobre el aborto.

Oficialmente está ya en perspectiva la campafta para las elecciones municipales de noviembre, pero se habla también, cada vez más, de elecciones legislativas después de la promulgación de la nueva Constitución.

Los críticos del Partido Socialdemócrata (PSD) han hecho el domingo un firme regreso al primer plano de la política nacional, con acusaciones muy semejantes a las que provocaron la crisis de agosto pasado. El crédito político otorgado a Pinto Balsemão es, cada vez más abiertamente, un crédito a plazo limitado, y el consejo nacional del PSD del próximo sábado podrá servir para fijar el término de este plazo. El Gobierno portugués inició ayer las consultas a los partidos parlamentarios de oposición acerca del protocolo de ratificación del ingreso de España en la OTAN. El primer ministro reveló que, puestos en marcha los mecanismos legales, el proceso y su conclusión dejan de depender de la voluntad del Gobierno. Está convencido de que no habría oposición, ni por parte del Parlamento ni por parte del Consejo de la Revolución.