Quiñones proclama el final del 'añejo teatro andaluz'

"Frente al añejo teatro andaluz con personajes de cliché, conclusiones dulzarronas y predominio de la grasia, se ha alzado un nuevo teatro aspirante a un sólido y actualizado realismo no excluyente de la poesía", ha declarado el escritor gaditano Fernando Quiñones a propósito del estreno de su nueva obra, El grito, que ha tenido lugar en los teatros Falla, de Cádiz, y Lope de Vega, de Sevilla.Tras el éxito popular de La legionaria, Quiñones ha querido enlazar con ese nuevo teatro andaluz que, partiendo de García Lorca, ayer, y, del grupo La Cuadra, en nuestros días, pretende reflejar el drama de la emigración laboral producida por el paro, las dificultades de adaptación a una nueva cultura y la contradicción entre los valores adquiridos y los de un mundo extraño.

El grito es la adaptación, "en cinco o seis días, con sus noches", de un relato anterior del propio Fernando Quiñones. El papel protagonista lo encarna Vicky Lagos, una especie de madre coraje, rústica y vitalista, secundada por un Ismael Merlo obligado a la máxima expresividad en su papel silencioso de abuelo. La dirección está a cargo del argentino Angel Ruggiero y la escenografía y vestuario es de Adolfo Myer.

El montaje, en el que la fonética andaluza cumple el papel relevante, compatibiliza su sobriedad con la incorporación de elementos comunes, como las voces flamencas de Antonio Mairena, Manolo Caracol y José Menese.