La URSS acusa de 'blasfemos' a los dirigentes comunistas italianos
El eurocomunismo ha producido su primer cisma. El domingo, el diario Pravda -órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS)- lanzó su anatema contra el Partido Comunista italiano (PCI). Pravda llamaba blasfemos a los dirigentes comunistas romanos por tratar de demostrar que "globalmente, la política exterior de la URSS y los países del Pacto de Varsovia no se distingue en nada de la política exterior de Estados Unidos y la OTAN".
Esta excomunión dictada por el Kremlin parece definitiva, y va mucho más lejos que las críticas contra el eurocomunismo lanzadas habitualmente por Moscú durante los últimos trece años. En medios occidentales de la capital soviética se hablaba ayer de ruptura, y se consideraba que la palabra crisis es excesivamente pobre para calificar este enfrentamiento entre el PCUS y el PCI.Sin mencionar en ningún momento que el punto de discordia es el análisis hecho por el PCI sobre la situación en Polonia, Pravda afirmaba que los comunistas italianos dicen luchar por la paz, mientras monstruosamente, tratan de "debilitar la influencia que ejerce la fuerza primordial y esencial de esta lucha: los países del socialismo vencedor".
"El fondo de las opiniones enunciadas en los documentos del PCI", agregaba también el órgano del PCUS, "coincide directamente con las palabras de Haig" sobre la "supuesta crisis del régimen soviético". El PCI, continuaba Pravda, "ha declarado agotado el marxismo-leninismo" y "renegado abiertamente de todo lo que le ligaba a los combatientes de vanguardia por la paz y el socialismo en casi noventa países del mundo".
"Todo esto", concluía, "significa una asistencia directa al imperialismo, que trata por todos los medios, desde hace varios decenios, de debilitar el socialismo, socavar sus fundamentos y mínarlo ideológicamente".
Esta ruptura entre el PCUS y el PCI culmina un largo decenio de enfrentamientos y críticas. A pesar de todo ello, el Kremlin ha procurado actuar con gran prudencia en ocasiones anteriores, y sólo ahora parece dispuesto a cortar todo tipo de contacto.
Hace once meses, el representante del PCI en el XXVI Congreso del PCUS, Giancarlo Pajetta, tuvo que predicar su discurso fuera del recinto del congreso, aunque se le reservó un lugar noble y tradición: la sala de columnas le la Casa de los Sindicatos, de Moscú.
A pesar de las grandes diferencias que separaban al PCUS de los comunistas italianos, los soviéticos estiraron en lo posible su prudencia, ya que, al fin y al cabo, el italiano es el partido comunista más potente y con mejor futuro de todo el mundo occidental. Por el momento, los análisis del Partido Comunista de España (PCE) ni tan siquiera parecen haberse hecho merecedores de una pequeña alusión en un periódico moscovita de segunda fila.
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