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España a pide formalmente negociaciones para adquirir gas siberiano

España ha solicitado a la Unión Soviética el inicio de conversaciones formales para negociar la llegada a nuestro país del gas siberiano. La transmisión de la propuesta oficial española a las autoridades soviéticas ha sido encomendada por el Consejo de Ministros al embajador hispano en Moscú, Santiago Perinats, que ha regresado a la capital soviética con la propuesta bajo el brazo, después de un corto período de vacaciones en Madrid. En medios informados se confía en una respuesta positiva por parte del Gobierno soviético.

En la respuesta soviética, que se espera con expectación en círculos políticos y energéticos españoles, pueden influir la actual situación polaca y las advertencias europeas y norteamericanas de eventuales sanciones a la URSS por su presunta intervención en la crisis polaca.Medios informados han resaltado la actual postura favorable de Moscú a acuerdos económicos y políticos con Europa en momentos particularmente difíciles para los soviéticos, acosados internacionalmente por el reciente golpe de Estado en Polonia.

Un indicio del cambio de actitud soviética en esta cuestión ha podido ser contrastado con la firma, el pasado sábado, del acuerdo franco-soviético para el suministro de 8.000 millones de metros cúbicos anuales de gas siberiano a Francia durante los próximos veinticinco años.

En cualquier caso, la firma de este acuerdo franco-soviético ha provocado reacciones adversas en Estados Unidos y en la propia Francia, donde sólo los comunistas han felicitado al Gobierno Mitterrand por el "histórico acontecimiento". Las protestas norteamericanas resaltan el momento elegido para la firma, en mitad de una campaña estadounidense en Europa para imponer sanciones comerciales a la URSS.

El inicio de conversaciones hispano-soviéticas sobre el suministro de gas siberiano a nuestro país fue aprobado por el Gobierno español durante la reunión del Consejo de Ministros del pasado 18 de diciembre. En dicho Consejo también se ratificó la previa decisión de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos de aprobar un protocolo entre Enagás y Gaz de France, firmado el pasado verano, que prevé la eventual unión de los respectivos gasoductos.

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España entrega a la URSS la propuesta de negociaciones para la llegada del gas siberiano a territorio español

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La propuesta de conversaciones hispano-soviéticas aprobada por el Consejo de Ministros preveía, al parecer, la transmisión del deseo español a los soviéticos vía Asuntos Exteriores. A este respecto, el encargado de realizar los primeros pasos sería el embajador español en Moscú, Santiago Perinats.

En medios gasísticos españoles informados se espera la respuesta soviética para centrar las negociaciones y contemplar la posibilidad de un suministro fijo anual de gas siberiano a España. Los estudios técnicos previos realizados estiman que los soviéticos podrían colocar en nuestra red de gasoductos entre uno y tres millones de metros cúbicos anuales de gas.

El problema del precio

La cantidad del suministro final dependería en último extremo de los acuerdos previos que los soviéticos hayan firmado con el resto de clientes europeos interesados en recibir gas siberiano vía el gasoducto europeo. Hasta la fecha, Moscú ha comprometido gas con los franceses, alemanes e italianos, aunque con estos últimos están surgiendo problemas de última hora presuntamente relacionados con la crisis polaca. Los soviéticos han establecido un límite anual de 40.000 millones de metros cúbicos para todos los clientes europeos.

Pero, además de la cantidad, existe el problema del precio y de su rentabilidad en relación con otros suministros. Para España, un precio competitivo para el gas siberiano en origen estaría situado en algo menos de 4,50 dólares por millón de BTU (British Termal Unit), que es aproximadamente el precio del gas licuado argelino o libio que actualmente recibimos. Que sea un precio inferior es importante, ya que el gas siberiano se vería encarecido con los derechos de paso por la República Federal de Alemania y Francia.

Según fuentes informadas, el problema del derecho de paso por estos países está pendiente, a su vez, de negociaciones con los países respectivos. Pero no parece existir ningún problema a priori a este respecto, según se deduce de los contactos iniciales mantenidos por el presidente del Instituto Nacional de Hidrocarburos, Claudio Boada, con las compañías propietarias o responsables de los gasoductos francés y alemán.

Un cálculo inicial realizado por los técnicos que han analizado esta cuestión estima que los derechos de paso encarecerían el gas soviético en unos cincuenta centavos de dólar por millón de BTU. Esto forzaría a que el precio negociado no sobrepasara los cuatro dólares por millón de BTU, con objeto de que el precio de dicho gas en España fuera competitivo al de los suministradores tradicionales.

En cualquier caso, la eventual llegada a Europa del gas siberiano, en el horizonte de 1985, puede tener un efecto positivo en el precio que tanto Libia como Argelia cargan por sus suministros a los principales países europeos, y que en estos momentos se acerca a unos niveles poco rentables, situados muy cerca de las tarifas de otras fuentes alternativas.

La diversificación en los suministros

Precisamente es en esta cuestión del precio donde se encuentra la clave de la política europea de diversificar los suministros de gas natural. España, que no es ajena a las recomendaciones de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) para reducir riesgos en los suministros, también ha abrazado una política de diversificación de al aprovisionamiento de gas natural y pretende ampliar con la URSS y Noruega en una primera fase, y con otros productores extracontinentales después, el pequeño abanico de exportadores que posee y que se reducen a Libia y Argelia.

A este respecto, Argelia se encuentra librando una batalla desde hace meses con sus principales clientes para renegociar los contratos a largo plazo de suministro de gas. El Gobierno de Argel, a raíz de la reunión de la OPEP de junio de 1980, en la que se determinó la política del consorcio de vincular los, precios del crudo a los del gas natural, ha ido incrementando sus demandas de subidas de tarifas hasta provocar que algunos clientes (como la compañía norteamericana El Paso) renunciaran a los suministros.

Caso distinto ha sido el de las compañías europeas, incluída Enagás, que no han podido renunciar al suministro argelino por su mayor vulnerabilidad a la hora de buscar otras fuentes energéticas. A este respecto, el primer país europeo en ceder a las exigencias argelinas fue Bélgica. Por su lado, Francia, tras la consecución reciente de un "acuerdo político" a nivel de jefes de Estado, prosiguió las negociaciones -entre Gaz de France y la empresa argelina Sonatrach- sobre la compra de gas licuado natural argelino.

Algunas horas después de la firma, en la madrugada del pasado sábado, de un importante acuerdo con la sociedad soviética Soyuz Gas Export, los dirigentes de Gaz de France iniciaron nuevas negociaciones con Sonatrach para la entrega de 5.100 millones de metros cúbicos anuales de gas argelino.

Las dos empresas deben acordar las modalidades comerciales del nuevo contrato franco-argelino, como consecuencia del "acuerdo político" que fue concluido por los presidentes de los dos países cuando François Mitterrand visitó Argel 31 que fue ratificado el 20 de diciembre por sus ministros de Asuntos Exteriores.

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