El déficit de la Seguridad Social se elevó, a 100.000 millones el pasado año
En 100.000 millones de pesetas se estima el déficit de la Seguridad Social en el ejercicio 1981, según un informe al que ha tenido acceso Efe. Este informe señala que, para que no haya déficit, la aportación total del Estado, incluida la aportación al desempleo, sobrepasaría en 1985 el billón de pesetas.Según el documento, en 1983, para subsanar el déficit la aportación del Estado a la Seguridad Social se estima que tiene que aumentar en 127.000 millones de pesetas, y en 950.000 millones en 1985.
El informe ha sido elaborado por el grupo de trabajo que dirige José Barea Tejeiro, bajo el título Los problemas de la Seguridad Social: una valoración de la Seguridad Social española, en el que, entre otros temas, se analiza su desequilibrio financiero y se llega a la conclusión de que "el déficit se ha instalado de manera permanente en la Seguridad Social".
"El sistema de la Seguridad Social", dice el documento, "ha entrado en desequilibrio financiero a partir de 1980, en cuyo año se produjo un déficit de 71.000 millones de pesetas". Estos déficit se han producido en la prestación de desempleo que, por la Ley Básica de Empleo, tiene una financiación especialmente afectada. Si el resto del sistema no ha entrado aún en déficit, se ha debido a la liquidación del patrimonio y a las crecientes aportaciones del Estado.
La evolución de las aportaciones del Estado al sistema de la Seguridad Social en los últimos tres años se ha concretado en 144.500 millones de pesetas, en 1980, lo que supuso el 8,3% del presupuesto total de la Seguridad Social; en 1981 la aportación se situó en 216.856 millones (10,4% del presupuesto de la SS) y, en 1982, a 350.000 millones (15%).
Mayor gasto en pensiones y asistencia sanitaria
El gasto de la Seguridad Social aumenta cada año en pensiones y asistencia sanitaria por un importe equivalente al 5,5% del presupuesto total de gastos, por el aumento vegetativo en el número de pensionistas.Dado que el número de cotizantes permanece estabilizado -añade el informe- no es posible hacer frente a dicho gasto con un aumento real de los ingresos, por lo que la Seguridad Social, excluido el desempleo, entraría automáticamente en déficit por dicho importe, que afectaría acumulativamente para los años sucesivos.
En el informe se realiza una valoración crítica del sistema de Seguridad Social actual, de las prestaciones que ofrece el sistema, de la financiación de estas prestaciones y del crecimiento descontrolado de los gastos. Este último -se señala- ha superado ampliamente el crecimiento monetario del producto interior bruto y el propio crecimiento de las rentas de trabajo, y no se ha correspondido con una mejora de la calidad de las prestaciones.
La Seguridad Social -agrega- gasta y protege desigualmente, falta información pública y el nivel absoluto de las prestaciones está aún distante del vigente en la Comunidad Económica Europea y de los mandatos de la propia Constitución española.
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