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CIENCIA

Transferencia de embriones, una técnica desarrollada en España que comienza a ser rentable

Dentro de pocos meses nacerán en España los primeros terneros obtenidos mediante transferencia de embriones como consecuencia de una técnica desarrollada y efectuada por investigadores españoles con material estrictarnente nacional. Tomás Pérez García, jefe del departamento de reproducción animal del Instituto de Investigaciones Agrarias, de Madrid, explica el desarrollo de unas investigacio nes que ahora comienzan a ser rentables.

La transferencia de embriones es una técnica ya antigua (se realizó por primera vez en el siglo pasado con conejos), pero que empieza a ser económicamente rentable ahora, con su utilización en la ganadería, especialmente en vacuna.«Dentro de poco nacerán los primeros terneros fruto de la transferencia de embriones, y que podemos considerar totalmente españoles, porque, aunque ya han nacido otros, no eran de embriones producidos aquí y manipulados por gente de aquí» Y Tomás Pérez insiste en resaltar la nacionalidad española de esto embriones (después nos explicaríamos su insistencia, pues los embriones se exportan e importan como cualquier otro producto), que darán lugar a los primeros terneros españoles parido por una vaca que no es su madre, sino sólo su nodriza. La técnica consiste en extraer un embrión de una vaca siete días después de ser fecundado e implantarlo en o tra preparada previamente para recibirlo e iniciar una gestación normal. «De una vaca», explica el doctor Pérez, «se pueden conseguir, a lo largo de su vida, de ocho a diez terneros, a lo sumo, Cuando se trata de un ejemplar de gran calidad genética es un lujo obtener sólo esas crías. Con la transferencia de embriones se puede aumentar ese número, hacer, en definitiva, que las mejores vacas tengan muchos más hijos de los que normalmente podrían gestar. Se salva también a la vaca donadora de los problemas de embarazo, parto y posparto, reservándole para la producción de embriones únicamente».

Esta técnica permite, además de difundir al máximo las vacas de mejor calidad genética, tratar ciertos procesos de esterilidad y sexar esos embriones a voluntad del ganadero, es decir, hacer que nazcan machos o hembras, según las necesidades. Pero, según el investigador, esta técnica no va a ser tan difundida como la inseminación artificial («verdadera democratización de la reproducción animal», dice Tomás Pérez, «pues el ganadero más modesto puede conseguir, a través de los bancos de semen, al mejor semental del mundo») porque, en general, a los ganaderos lo que les interesa es que su vaca quede gestante de un buen semental sin necesidad de llegar a la transferencia de embriones.

Diagnóstico precoz de la gestación

Donde sí tendrá gran importancia la transferencia será en las granjas dedicadas a la selección de ganado, con el consiguiente beneficio para toda la ganadería. Pero si la transferencia de embriones es importante, de lo que verdaderamente se siente orgufloso Tomás Pérez es de haber logrado el éxito en una investigación que duraba más de veinticinco años: el diagnóstico precoz de gestación en la vaca. «Si este centro sólo hubiese conseguido eso», argumenta, «ya podríamos darnos por satisfechos, porque su importancia económica es enorme. Para que una vaca le resulte rentable al ganadero debe tener un ternero al año; por cada día que se retrase, el ganadero y, por tanto el país, pierde de 150 a 175 pesetas. Esto, multiplicado por toda la cabaña nacional, supone miles de millones. Consideradas así las cosas es importantísimo conocer cuanto antes si una vaca inseminada ha quedado preñada o no. Con esta técnica que nosotros hemos puesto a punto se puede saber a los dieciocho días si la vaca ha quedado gestante o no, mientras que con el método tradicional de exploración rectal se necesitaban al menos 45 días».

Controlar la reproducción

Este método, basado en técnicas de radioinmunoanálisis, se hace a través de la determinación de progesterona en la leche de la vaca, y su único problema en estos momentos radica en la inexistencia de laboratorios que puedan realizar estos análisis. Sólo el centro de Madrid puede hacerlos y lógicamente, no puede dar abasto a todo el territorio nacional, por lo que una aspiración de investigadores y ganaderos es que se instalen laboratorios capaces de aplicar esta técnica al menos en las zonas ganaderas. No obstante, el éxito alcanzado, se sigue trabajando en el método para conseguir específicos similares a la prueba del embarazo utilizada por la mujer, para que el propio ganadero pueda realizar el análisis en su casa.El trabajo con otras especies explotadas comercialmente por el hombre (oveja, cerdo) se orienta también en el sentido de lograr una máxima rentabilidad, incrementando la prolificidad y mejorando las especies. Para ello es necesario controlar la reproducción. Un ejemplo interesante es el de la oveja, considerada poco rentable al tener un solo parto al año. El doctor Pérez García ha ideado un sistema por el que se puede conseguir, mediante el control de. la actividad ovárica, que la oveja tenga tres partos cada dos años y que éstos sean de más de un cordero, con lo que la rentabilidad de este ganado aumenta considerablemente.

Además, mediante este sistema de control de la actividad ovárica, llamado precisamente sistema PG, que son las iniciales dé los apellidos del doctor Pérez García, se puede elegir el momentó delos partos de las ovejas, escalonándolos a lo largo del año o bien concentrándolos en determinadas épocas, como Navidad, en que resultan más rentables comercialmente.

El sistema PG, consistente en la aplicación de cuatro inyectables, es uno de los tres sistemas que, para el mismo cometido, existen a nivel mundial. Tomás Pérez, en toda su conversación, habla de logros, de investigaciones que se están realizando, y no se permite lucubrar sobre lo que, la investigación puede lograr en reproducción animal. Rechaza, por ejemplo, la idea de que la clonación de animales domésticos esté cercana. Reconoce que sí, que tener capacidad para repetir ilimitadamente una vaca que dé grandes cantidades de leche puede ser una cevolución alimenticia, pero diclique él no lo-verá. «Y usted, aunque es joven, señorita, no sé si alcanzará a verlo», apostilla. «Todo esto no deja de ser ciencia ficción, que no digo que no se logre, pero que no lo será de forma inmediata».

Mientras llegan esas maravillas, el doctor Pérez García, realista, se queja de que les tengan congelada la contratación de personal, lo que hace que los becarios que permanecen dos años en el centro deban marcharse al cabo de ese período, desaprovechándose así la formación que han recibido.

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