Contrariedad norteamericana por la decisión francesa de vender armas a Nicaragua
Estados Unidos se muestra "muy decepcionado" por la decisión francesa de vender a Nicaragua equipos militares por valor de cien millones de francos (unos 1.700 millones de pesetas), según manifestó ayer Caspar Wemberger, secretario norteamericano de Defensa, en el transcurso de una entrevista televisada. Weimberger, que se entrevistó el pasado jueves con su colega francés, Charles Hernu, en viaje oficial en Washington, aseguró que el secretario de Estado norteamericano, Alexander Haig, transmitirá la reacción oficial del Gobierno estadounidense al ministro francés de Exteriores, Claude Cheysson, el próximo lunes en Bruselas.
Sin embargo, Charles Hernu, tras entrevistarse ayer en la capital norteamericana con Alexander Haig, restó importancia a este tema y dijo que las relaciones franco-norteamericanas no se verán alteradas por la venta de armamento galo al Gobierno de Managua. "El asunto ha sido tratado de pasada", aseguró Hernu, que destacó como "muy positivo." el hecho de que Nicaragua haya optado por comprar armas a Francia y no a la Unión Soviética.Algunos altos funcionarios norteamericanos habían afirmado, previamente a estas entrevistas que la decisión francesa suponía "una bofetada en plena cara" a la política del presidente Ronald Reagan de suspender toda ayuda norteamericana a Nicaragua por su apoyo a la guerrilla salvadoreña.
París inaugura su "tercera vía"
Por primera vez, el Gobierno socialista francés traduce en hechos su estrategia de tercera vía en materia de relaciones internacionales, con estas ventas de material militar a Nicaragua, informa desde París Feliciano Fidalgo. Las dos patrulleras, dos helicópteros Alouette-3, ametralladoras y varias decenas de camiones fueron valorados por el Ministerio francés de Exteriores como material "no ofensivo", y se resaltó además una cláusula estricta del contrato, firmado secretamente el pasado 21 de diciembre, que prohibe a los nicaragüenses reexportar esas armas. Asimismo, veinte oficiales nicaragüenses recibirán adiestramiento en centros militares franceses.El gesto francés tiene más importancia cualitativa que cuantitativa, es decir, más que el valor de este contrato armamentístico, apenas importante, lo que molesta a los norteamericanos es la injerencia francesa en una región del mundo que consideran como su coto cerrado. En el fondo, la decisión francesa evidencia en la práctica su doctrina diplomática en el Tercer Mundo, y más particularmente en América Latina: ayudar a estos países económica y políticamente para que no se echen en los brazos de la Unión Soviética;
Recientemente, París decidió enviar una ayuda alimenticia de 10.000 toneladas a Nicaragua. Con su diplomacia, el presidente galo, François Mitterrand, pretende que los conflictos puntuales del Tercer Mundo no sean automáticamente recuperados por la confrontación genérica Este-Oeste, controlada y dominada por Estados Unidos y por la URSS. Esta es la diplomacia mitterrandista de la tercera vía. En América Latina concretamente, según una declaración reciente del embajador estadounidense en París, "esa política es ingenua. Los franceses toman sus deseos por realidades".
De momento, sin embargo, este primer paso práctico de Mitterrand por su tercera vía se estima desde París que no debiera alterar las buenas relaciones con Estados Unidos. Y esto por dos razones. En primer lugar, los franceses insisten en que el minicontrato franco-nicaragüense pudiera probar que los sandinistas se apartan de Moscú cuando encuentran otros apoyos.
En segundo lugar, en el momento actual de crisis Este-Oeste a causa de Polonia, Francia es el más seguro aliado occidental de Estados Unidos, hecho que disimula la fricción entre los dos países a causa de la actitud gala en favor de la ayuda a Nicaragua y a El Salvador igualmente.
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