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Ha muerto el cineasta soviético Efim Dzigan

El director de cine soviético Efim Dzigan murió anteayer en Moscú a la edad de 84 años. Apartado desde 1950 de la práctica cinematográrica, vivía en la actualidad retirado de toda actividad, en una discreto ostracismo, a la manera de las viejas glorias soviéticas del estalinismo, que comenzaron a gozar, a partir del XX Congreso del Partido Comunista de la URSS y el informe de Kruschev sobre el llarnado «culto a la personalidad», de un cómodo exilio interior.Dzigan dejó de hacer películas hace treinta años, pero no se apartó completamente del cine, dedicándose casi ininterrumpidamente durante dos décadas a fúnciones pedagógicas en la Universidad de Moscú, donde llegó a alcanzar cierto prestigio entre los jóvenes aspirantes a cineastas. Dzigan, cineasta sin talento, fue un sólido artesano, muy minucioso y perfeccionista, casi un enfermo de academicismo, circunstancia que le convirtió en un útil pedagogo de la práctica y rutinas de los rodajes y montajes de filmes.

Su carrera, aun narrada de modo telegráfico, pone en evidencia su verdadera condición de cineasta burócrata y al servicio de la burocracia. Ostentaba el título de artista emérito del pueblo, lo que en la Unión Soviética significa que su simple presencia en una reunión pública debe ser saludada por los asistentes con una ovación. Dzigan ingresó en 1919 en el entonces recién creado Ejército Rojo, y en 1921, en la famosa Cheka organizada por el bolchevique polaco Félix Djerzinski, policía política antecedente del actual KGB. No obstante, el ingreso de Dzigan en el partido comunista soviético se aplazó hasta 1943, cuando ya había realizado sus películas más conocidas. Esto se debe al carácter altamente selectivo que tomó la afiliación al partido comunista durante los tiempos de Stalin,

La obra cinematográfica corno director -antes había trabajado Dzigan en puestos secundarios de cine y teatro, lo que le permitió trabajar con cineastas de la talla de Eisenstein- comienza en 1926, pere fue en las décadas de los años treinta y cuarenta, las más duras del estalinismo, cuando se convirtió en uno de los nombres más sonoros de la cinematografía soviética, con filmes como Somos de Cronstadt, Prólogo y Torrente de hierro; la primera, centrada en el famoso episodio de la rebelión de los marinos durante la Revolución de Octubre; la segunda, en la guerra civil, y la tercera, en el proceso de industrialización del prirrier plan quinquenal. Las tres son consideradas modelos del llamado realismo socialista.

Elim Dzigan, condecorado con dos órdenes de Lenin, escribió libros sobre teoría y práctica de la dirección cinematográfica, que han servido de textos oficiales en la Universidad de Moscú y el Instituto Estatal Cinematográfico de la URSS.

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