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Tribuna:SPLEEN DE MADRID
Tribuna
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Los puñales

En la última subasta Durán, dos puñales españoles vieron multiplicado por veintiuno su precio de salida. O sea que salieron en 6.000 y se adjudicaron en 130.000 pesetas.¿Se está rearmando la derecha española en Durán? No creo.

Durán es u a sarao de la derecha civilizada donde aún lucen Luis Alvarez Catalá, Aline Mason, Madrazo y Miralles. Por entre los salones entredorados de Durán aún pasan las lavanderas impresionistas y los moros de José Navarro, que la guerra de Africa dio una raza de pintores, como dio una raza de militares, y hay quien cotiza más los militares y quien cotiza más los pintores, según. Cuando el público elegante y curioso de Durán se lía la manta de brocado a la cabeza de familia, se llevan a casa una pareja de jarrones Satsuma, del XIX, en un kilo de pelas. Pero lo del otro día, con los puñales, ha sido un poco alarmante, si no fuera estetizante. Uno de es los puñales españoles aparece firmando por Isidro Soler, y fechado en Madrid en 1789. El año que los franceses sacaban a la calle la guillotina, los españoles forjábamos puñales de lujo, individuales, porque aquí siempre hemos creído más en la revuelta personal que en la revolución social. El puñal de Soler tiene 34 centímetros de largo, o sea que es todo un navajómetro. El otro puñal es del XIX y lo firma Hilario Mateo, de Madrid. Tiene cruz de gavilanes con empuñadura de marfil y vaina de piel con remates de acero, mientras que el de Soler es marfil, caoba y piel de saurio, un poco más corto que su pareja. ¿Qué dos españoles atroces se han llevado a casa esos puñales, o quién se ha llevado ambos, uno en cada mano, para aparcar caiga quien caiga?

Se habla del rearme moral de la gran derecha, como «salvación nacional», y se nos advierte contra el frentepopulismo, porque aquí todo lo que sea ponerse de acuerdo un señor de boina con un obrero de la inteligencia, es frentepopulismo electoral. No creo yo que la gran derecha ni ninguna otra vaya a armarse fácticamente en el culto arsenal de Durán, pero la espectacular puja por esos dos puñales, uno romántico y el otro ilustrado (ambos letales), se nos antoja un símbolo, una imagen damasquinada por la memoria, de lo que son entre nosotros las controversias de matiz: se saca. el puñal con cruz de gavilanes, o el cuchillo de cocina con escamas de besugo, y se acaba ron los matices. No es lo malo que el mundo entero se esté rearmando ideológicamente y de la otra manera, como advierte Triunfo de este mes, sino que los grandes bloques se rearman colectivamente para la guerra grupal, en plan año 2000, y aquí nos rearmarnos uno a uno, individualmente, para la guerra civil Siempre ha sido un poco así en la Historia de España. El puñal del godo, el puñal de Guzmán el Bueno, el puñal que le envainaron a Antonio Pérez, secretario de Felipe II, aquel otro puñal con que le sujetaron la muerte al poeta Villamediana, y los puñales de Durán. El peligro son las navajas de los navajeros, claro, que a Isabelita Marañón y al nieto de Gil Robles me los han atracado en el portal, pero luego están los puñales de los puñaleros con el alma damasquinada del godo español, que no son los de Durán, los de Mateo, los de Soler, que quizá no lleven gavilanes de adorno, pero que los maneja un gavilán ideológico que no respeta las ideas de nadie. Siendo una cosa artística, estética y decorativa, la puja y pugna por los puñales de Durán me ha traído a mí, en rayo de pensamiento (será de la cosa misma de la intoxicación atmosférica), como una imagen de guerracívilismo urgente.

Nada tiene que ver con esto los bellos y codiciaderos puñales de Durán, pero ¿será que volvemos a andar los españoles con el puñal entre los dientes damasquinados, persiguiendo a otro español por los tapices de la historia con entrehílo de sangre? Donde mejor quedan esos puñales es en la panoplia de la paz.

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