Títeres y marionetas para jóvenes y adultos en el Il Festival de Zaragoza

El II Festival Internacional de Títeres y Marionetas, clausurado en Zaragoza el pasado día 2, acaparó la atención del público hasta tal punto que se agotaron las localidades de todas las sesiones, tanto en las destinadas al público infantil y juvenil como en una sesión destinada a los mayores. En el certamen, patrocinado por el Patronato Municipal de Zaragoza, bajo la dirección artística de Francisco Ortega, participaron, entre otros, los grupos: Libélula, Titerles Marduiz, La Fanfarra, La Oca, El Topo, Bacbadocs, Theatre du Petit Miroir, y el Piccolo Teatro de Lugano.El festival, único de carácter internacional que se celebra hasta el momento en nuestro país, ha pasado a ser probablemente la manifestación de mayor importancia que se viene dando en torno al espectáculo de títeres y marionetas de España. La desaparición de los festivales de títeres de Barcelona y Madrid, al menos por el momento, y la. carencia absoluta de, encuentros de grupos de títeres le han dado gran relevancia.

De forma paralela a las diversas actuaciones de títeres y marionetas se ha celebrado un curso de construcción y manipulación de marionetas llevado a cabo por Rafael Esteve, director del grupo francés Bacbadocs.

Los representantes españoles fueron el grupo Libélula, cuyo espectáculo Entre sonrisa y sombra corrobora una vez más que Julio Michel y Lola Atance, sus creadores y manipuladores, pueden ser considerados como uno de los mayores y mas importantes exponentes del espectáculo de títeres en nuestro país. Conjugan unas sencillas técnicas. con un depurado y cuidado estilo y una bella narrativa, dándose finalmente un producto lleno de creatividad y rigor teatral.

Cataluña, que desde hace años está a la cabeza en lo referente a teatro de títeres, estuvo representada por los grupos Titerles Marduix y el grupo La Fanfarra.

Marduix, que actuó con Interludio para un laberíntico amor, presentó un montaje en el que muestra todo un variado abanico de las diferentes posibilidades técnicas y artísticas de los títeres.

La Fanfarra, uno de los colectivos más importantes de Cataluña, asistió al festival con una tradicional obra que goza de gran popularidad: Els pastorets, en versión castellana.

Zaragoza, anfitriona del festival, contó con un grupo local. La Oca, con El circo de papel, ofreció un montaje sencillo, sin pretensiones didácticas ni instructivas y lleno de pequeños aciertos.

El Topo, de Logroño, actuó con sus montajes El gigante egoísta y Dos ladrones en un pueblo, en los que vierte todo un concepto de lo que es un niño que hoy día está en claro desuso al haberse abandonado el tópico. de infantilizar aquellos montajes que vayan a estar dirigidos a los pequeños.

Los grupos extranjeros asistentes al II Festival Internacional de Títeres y Marionetas fueron Bacbadocs, de París, que, bajo la dirección de Rafael Esteve, presentó Loretta, espectáculo de gran belleza realizado a base de sombras coloreadas, y Chicha, Chicho, chichou, divertido montaje en el que sus características más importantes serían la teatralidad, la imaginación con que se lleva a cabo y un interesante análisis de los comportamientos familiares. Bacbadocs es uno de los equipos más interesantes en el panorama de la marioneta en Francia.

El Theatre du Petit Miroir, de París, ofreció un montaje basado en una leyenda oriental llena de simbolismos y en la que se podían realizar diversas lecturas. Colectivo francés de gran prestigio internacional, sus componentes son los mejores especialistas de Europa en la compleja técnica de las marionetas orientales. Su gran despliegue de muñecos y su impecable manipulación, unido a un conjunto realizado con gran perfección, hizo que, sin duda, fuera éste un bello broche de oro para el festival.

El Piccolo Teatro de Lugano fue el único que presentó un espectáculo de títeres para adultos. La mandrágora, basado en la conocida leyenda del mismo nombre, consiguió crear un clima inquietante y mágico apoyándose de forma especial en la música del trovador Corry Knobel y los decorados del imaginero Pierre Bassard.