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Una semana de represión en Polonia

Más de 50.000 polacos, internadosen campos de concentración

La huelga general convocada para ayer por el sindicato independiente Solidaridad fue seguida, al menos, en dos centenares de fábricas, según informó anoche la BBC de Londres. Las dificultades en las comunicaciones y la censura impuesta a los corresponsales extranjeros por las autoridades militares polacas hacen difícil, sin embargo, evaluar el resultado de la convocatoria. Veintiún muertos y más de 50.000 detenidos, la mayor parte de ellos internados en campos de concentración, son hasta ahora el balance de la represión durante la semana transcurrida desde el golpe de Estado.

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La primera cadena de televisión de la BBC informó anoche que había rumores «insistentes, pero no confirmados», de que algunas tropas se habían amotinado en el sur de Polonia. Los soldados se habrían negado a disparar contra los huelguistas y abandonado sus vehículos blindados. La BBC no dio detalles sobre en qué punto concreto del país se habrían producido esos motines.Lech Walesa, líder de Solidaridad, hizo un llamamiento el pasado martes, día 15, a la resistencia pasiva y a la huelga en las grandes industrias frente al poder militar, según un mensaje llegado ayer clandestinamente a Viena a través de unos viajeros.

Este es el primer comunicado que se conoce procedente de Walesa desde la implantación en Polonia del estado de sitio, el domingo pasado. El mensaje, difundido en Varsovia y diferentes provincias, está dirigido a la jerarquía católica, y el líder obrero polaco dice que se encuentra detenido en Chyloczke, en una villa de un ex dirigente del partido comunista, cerca de Konstancin, localidad de vacaciones situada a veinticinco kilómetros al sur de la capital.

El mensaje de Walesa contiene los siguientes cuatro puntos:

«1. No os dejéis aplastar».

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«2. Mantened huelgas masivas en las principales industrias y resistencia pasiva en las empresas pequeñas».

«3. Si el Ejército utiliza la fuerza, intentad evitar que corra la sangre».

«4. Unámonos, demostremos que nuestro sindicato vive y puede actuar todavía».

Informaciones solventes recibidas ayer en Francia elevan a veintiuna la cifra de personas muertas en enfrentamientos con las fuerzas del orden polacas, sin contar con las que puedan, haber fallecido entre los más de 50.000 presos que, en «siuación inhumana», están repartidos por tres campos de nternamiento cerca de Varsovia, en Szczecin y en Hela.

Las cifras de muertos corresponden a las siete personas fallecidas el pasado jueves en la mina Wujk, de Silesia; otras siete, en Gdansk, y el resto, en Szczecin y las acerías de Nowa Huta. Al menos un militar falleció también en el transcurso de los duros enfrentamientos del pasado jueves en Varsovia, que tuvieron una prolongación en los choques registrados en las minas de Silesia, donde los obreros se opusieron a ser desalojados por las fuerzas de orden público.

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El primado polaco pide calma para evitar "un infortunio mayor"

Viene de la primera página

Radio Varsovia difundió ayer que la calma era general en el país y los polacos acudieron al trabajo, en contra de la huelga general convocada por Solidaridad. Sin embargo, informaciones no oficiales indican que las más importantes factorías estaban en huelga y que muchos obreros, si bien acudieron a sus puestos de trabajo, permanecieron con los brazos cruzados o trabajaron a ritmo lento.

Un ministro polaco reconoció según la BBC, que hubo alteraciones en el trabajo ayer y el viernes. Según algunos rumores, "los soldados desobedecen las órdenes de enfrentarse a los huelguistas" Otras informaciones añaden que la huelga general proseguirá mañana lunes.

El cardenal primado de Polonia, Jozef Glemp, redactó un mensaje que será leído hoy en todas las iglesias del país, en el que hace un llamamiento a la calma de la población. "Expreso", dice en su homilía, "en nombre del episcopado, el profundo dolor y compasión por las familias afectadas por el estado de sitio y por la pérdida de sus seres queridos".

"Conservad la calma", prosigue, no hagáis caer a nuestro país en un infortunio aún mayor. Sólo el autocontrol y el mantenimiento de la calma pueden salvar al país y a la Iglesia, que sigue cumpliendo con su deber".

Respecto al primado Glemp, se informó en Varsovia que se ha negado a entrevistarse con el general Wojciech Jaruzelski, a menos que Walesa esté presente también en la entrevista.

La situación en el país está lejos de ser tranquila, sin embargo.

Ayer llegaron a Occidente informaciones sobre los duros choques del pasado jueves en Varsovia, cuando la milicia hizo frente a una concentración junto a la iglesia de la Santa Cruz, donde las fuerzas de orden público quisieron entrar en persecución de los manifestantes, lo que impidió un sacerdote, que se interpuso a la entrada del templo empuñando una cruz.

Ayer reaparecieron en las calles de Varsovia, -donde los carteles con el nombre de Solidaridad han sido arrancados o pintarrajeados-, algunos periódicos, además de Trybuna Ludu, órgano oficial del partido comunista (POUP) y Zolnierz Wolsnosci, periódico de las fuerzas armadas, que seguían publicándose desde la implantación del estado de sitio. Todos ellos insisten en sus comentarios en que la situación actual favorece la política de renovación.

De todas maneras, la continuidad de un espíritu de renovación se acoge con incredulidad, en base, a que según rumores algunos destacados responsables del POUP, conocidos por su "liberalismo", han sido detenidos, mientras Stefan Olzowski imparte insitrucciones propagandísticas y el mayor enemigo de Solidaridad, Albin Siwak, habla de depurar el POUP para hacerlo más monolítilco en torno a la ideología ortodoxa y pro-soviética. Ayer estaba prevista la reunión del secretariado del POUP.

Un periodista polaco comentó a un corresponsal del diario norteamericano The Washington Post que "Polonia no será un país estalinista, pero de ahora en adelante será un gris y aburrido país comunista".

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