Tres muertos en un tiroteo entre policías y guerrilleros en vísperas de las elecciones en Honduras

Un tiroteo de cuarenta minutos entre la policía política hondureña y once presuntos guerrilleros, con un saldo final de tres muertos (dos civiles y un uniformado), ha conmocionado la vida del país en vísperas de unas elecciones que hasta el momento se presentaban pacíficas. El enfrentamiento ocurrió el viernes por la mañana en la colonia Miradores de Loarque, en la periferia sur de la capital. Otras seis personas, entre ellas un policía político y un activista del Partido Liberal, aparecieron muertas en las últimas 48 horas.

Según la información policial, el comando pretendía boicotear las elecciones de hoy mediante sabotajes con bombas. En la casa que ocupaban se han intervenido fusiles Gail, metralletas M-16, granadas y numerosas pistolas. Uno de los guerrilleros muertos es de nacionalidad uruguaya. Entre los detenidos figuran dos hondureños y siete nicaragüenses.El ministro de Relaciones Exteriores, coronel Elvir Sierra, declaró a EL PAIS que no había que descartar que este comando formase parte de un plan nicaragüense más amplio destinado a boicotear las elecciones hondureñas.

Pese a este incidente, millón y medio de hondureños están convocados hoy a las urnas para elegir, después de nueve años de dictadura militar, al presidente de la nación, a 82 diputados, a 286 alcaldes y varios miles de concejales. La victoria se la disputan el Partido Nacional (derecha) y el Liberal (centro-derecha), al parecer con más probabilidades para este último. De ahí que los nacionalistas, temerosos de ser derrotados, hayan arreciado en sus denuncias por supuestas manipulaciones fraudulentas del censo electoral.

El Partido Nacional acusa a los liberales de emplear el aparato judicial para eliminar posibles votantes nacionalistas. Serían de esta tendencia la mayoría de los 44.000 ciudadanos borrados de las listas por supuesta inscripción irregular y los 11.000 inscritos que no aparecen ni en la relación de excluidos ni en la de votantes. Aseguran, por último, que cientos de liberales figuran en dos municipios próximos para duplicar votos.

En las últimas elecciones para la Asamblea Constituyente (20 de abril de 1980), los liberales ganaron a los nacionales por 72.000 votos.

El candidato liberal a la residencia es Roberto Suazo, 54 años, médico graduado en Guatemala.

Es propietario de una extensa finca agrícola en el departamento de La Paz. La figura de Suazo ha sido contestada por dos de las tres corrientes del Partido Liberal que no participan en las elecciones por haber quedado excluidas de las listas para el Congreso.

El Partido Nacional presenta a Ricardo Zúñiga, 65 años, abogado, antiguo consejero del dictador Oswaldo López Arellano, vinculado a numerosas empresas.

El programa electoral de nacionales y liberales presenta escasas diferencias. Ambos defienden la neutralidad hondureña en el conflicto centroamericano y la puesta en práctica de avances sociales.

A falta de diferencias programáticas, los liberales tienen una imagen más reformista, en tanto que los nacionales aparecen como un partido corrupto, vinculado a los militares y responsable del desastre económico del país, ya que todos los ministerios de esa área estuvieron en sus manos durante el último Gobierno militar.

La oferta electoral incluye a democristianos y al Partido de Innovación y Unidad, de tendencia socialdemócrata, que se conforman con obtener unos pocos diputados que les permitan negociar con alguno de los dos grandes, si no hay mayoría parlamentaria.

Cualquiera que gane las elecciones recibirá una pesada herencia: una nación de 3,5 millones de habitantes con una deuda externa de mil millones de dólares, unas reservas de sólo cuarenta millones, una cotización internacional a la baja de sus productos de exportación (azúcar, banana, café) y una tasa de analfabetismo del 40%.