Tres páginas de un Mozart vivo en el Palau de Barcelona
El ciclo Setmana Mozart, en Barcelona, fue inaugurado por el Mozarteum Orchester Salzburg, con un excelente concierto. Dirigida por Ralf Weikert, ofreció tres importantes páginas de Mozart, convenciendo por su alta calidad al numeroso público congregado en el Palau de la Música. El Mozarteuni Orchester Salzburg es un conjunto cuyos orígenes se remontan a 1880. Se formó en el prestigioso conservatorio del Mozarteum, y más adelante fue el director Bernhard Paumgartner, gran especialista de la música de Mozart, quien transmitió a la orquesta un estilo propio.La Mozarteum Orchester Salzburg es una agrupación sinfónica, no demasiado numerosa, pero que gracias a la alta calidad de los instrumentistas logra un volumen sonoro más que suficiente en los momentos requeridos. Tanto la cuerda como el viento son extraordinarios, poseen un sonido noble y extrovertido, con un particular mordiente que hace posible que el sonido se genere con gran viveza y colorido. Nos gustaría destacar la labor de las seis violas que sirvieron de perfecto enlace entre los violines y la cuerda baja.
Mozarteum Orchester Salzburg
Director: Raff Weikert. Obras de Mozart. Palau de la Música, Barcelona. 26 de noviembre.
Claridad
En programa figuraban la Música fúnebre masónica KV 477, la Sinfonía concertante en mi bemol mayor, para oboe, clarinete, trompa y fagot, y la Sinfonía en do mayor.
La agrupación austriaca convenció, pues, plenamente. El joven director Ralf Weikert, sin limitarse exclusivamente a la búsqueda de la claridad y elegancia expresiva, características del compositor, ofreció un Mozart vivo, penetrante y con carácter. Esta inteligente concepción se puso ya de manifiesto en la Música fúnebre masónica, partitura que abrió el programa. Las peculiaridades dramáticas de esta interesante página emergieron con honda gravedad y patetismo. Siguió la Sinfonía concertante en mi bemol mayor. Ralf Weikert consiguió imprimir nervio y fluidez sonora que resultaron fundamentales para que los cuatro instrumentistas encontraran un adecuado clima de tensión expresiva y se alzasen en un delicioso diálogo.
Con la Sinfonía en do llegó el máximo rendimiento de orquesta y del director. Esta gran obra está escrita originariamente en tres movimientos, pero desde hace algún tiempo se incluye el minueto, que Mozart compuso dos años más tarde. Una obra de carácter festivo, con dos movimientos extremos, sobre todo el último allegro vivace, de una perfección instrumental mágica.
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