Los ahorradores de Fidecaya empezarán a cobrar la próxima semana, según la comisión liquidadora

La comisión liquidora de Fidecaya, entidad que dejó de operar a mediados de agosto por falta de liquidez y diversas irregularidades, tiene previsto iniciar en toda España, antes de que termine la próxima semana, la devolución de depósitos al medio millón de ahorradores afectados. Superados los problemas que han demorado dos meses el comienzo de la operación, el Ministerio de Hacienda ha aprobado el proyecto de liquidación ordenada, y el de Economía se dispone a dictar una orden que ampliará la capacidad de expansión de las cajas de ahorro, para que éstas absorban los dos centenares y medio de oficinas de la red.

El plan de devoluciones prevé acudir a la cuenta abierta por el Tesoro en el Banco de España para que, antes del sábado de la próxima semana, pueda haberse devuelto al menos el 25% de los casi 15.000 millones de pesetas objeto de la garantía estatal. Las Cajas encargadas de la operación recibirán el dinero en los próximos días en cuantías superiores, para que el titular o titulares de cuentas inferiores a 200.000 pesetas (el 96,30% del total, según el cuadro adjunto) puedan disponer cada uno de todos sus ahorros.Al ordenar la cesación del devengo de intereses y nombrar comisión liquidadora, el 4 de septiembre pasado, el Gobierno anunció que en un mes empezarían las devoluciones de cantidades garantizadas. Quería tener así mayor margen para cumplir el mandato legal de haber reintegrado la cuarta parte en tres meses y el resto antes de un año. Sin embargo, el trabajo lento del medio millar de empleados en Fidecaya hasta que vieron aclarado su futuro, así como las circunstancias que rodearon la dimisión del presidente y un miembro de la comisión liquidadora, han influido notablemente en el retraso de la operación, según medios de la entidad.

Mayor expansión de las Cajas

Otro motivo apuntado, y no el menor, han sido las dificultades para llegar a acuerdos con las entidades encargadas de las devoluciones. Esta vía fue elegida para facilitar el encaje de los trabajadores y no encarecer la operación. A cambio de quedarse con los trabajadores de sus respectivas zonas, se ofreció a las cajas de ahorro y rurales el encargo de los reintegros, lo que les puede proporcionar mayor clientela. Las primeras en aceptar fueron las cajas de ahorro de Ronda, Granada y Plasencia. Con ello estaba asegurada la cobertura de la mitad de los cedulistas, pues el 41 % de los mismos tenía cuenta abierta en Andalucía y otro 16% en Extremadura y Castilla la Nueva.

Los acuerdos con otras Cajas se han visto frenados, según medios de Fidecaya, por la actitud abstencionista de la Confederación Española de Cajas de Ahorros, que ha demorado las soluciones en Galicia y Zaragoza, Aragón y Rioja. Tal actitud se relaclona en dichos medios con los deseos de romper la capacidad de expansión de las Cajas (las 80 miembros de la Confederación reúnen ya ocho mil sucursales), sujeta a unos coeficientes. El caso es que éstos serán ampliados en los próximos días, cuando todavía está en marcha la salida de algunas Cajas fuera de sus regiones, por una orden del Ministerio de Economía, informada favorablemente por la Confederación y el Banco de España.

Conseguida esta medida, la comisión liquidadora espera concluir inmediatamente las negociaciones con el resto de las Cajas españolas, incluída alguna rural. En total, serán dos centenares y medio de oficinas que podrán cambiar en los próximos días sus rótulos de Fidecaya por los de la Caja adquirente, que podrá pagar allí o en sus actuales dependencias. El precio será fijado por criterios de valor contable, tanto para las ventas (una mínima parte) como para los traspasos de las que Fidecaya tenía en alquiler. También se ha previsto la posibilidad de que las Cajas desplacen delegados a los pueblos donde no alcanza su red.

El plan de liquidación aprobado por Hacienda prevé también llegar con los acreedores a convenios, quitas o esperas, inferiores a la habituales en litigios.