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España importará un 10% menos de petróleo en 1982

España importará el próximo año un 9.9% menos de petróleo crudo que en 1981, según prevé el Plan Nacional de Combustibles (PNC) para 1982 que fue aprobado ayer por la Comisión Delegada del Gobierno y que será presentado para su ratificación al próximo Consejo de Ministros. El citado programa, en opinión de fuentes oficiales, "refleja la notable mejoría introducida en la estructura del abastecimiento energético español.

Esta disminución de las importaciones de crudo puede suponer un ahorro de unos mil millones de dólares (algo menos de 100.000 millones de pesetas) en nuestra factura petrolífera, que se estima será de unos 11.000 millones de dólares.Negociado a lo largo de las últimas semanas por una comisión interministerial, coordinada por la Comisaría de Energía del Ministerio de Industria, y tras varias sesiones de consultas con los distintos sectores industriales afectados, el Plan de Combustibles persigue materializar la primera disminución; en términos reales, del consumo de hidrocarburos en los últimos 25 años que se decide en España.

Es previsible, según fuentes oficiales, que esta prevista disminución en la importación de crudos se reparta de manera equitativa entre las distintas refinerías, tanto en lo que atañe a las compras de cuota como a las de libre disposición, ya que lógicamente los planes de refino para el año próximo de las empresas españolas se verán afectados por esta disminución.

Según el citado plan, el volumen de importaciones de crudos en 1982 será de 45.169.000 toneladas, lo que representa un ahorro de cinco millones de toneladas con relación al año en curso. Este descenso, que se traducirá a la vez en un ahorro significativo de divisas (de difícil estimación por la imprevisible evolución de los precios internacionales), corresponde a la disminución en los usos del fuel-oil, compensados por el mayor uso del carbón y energía nuclear en el proceso de producción de energía eléctrica y en la industria cementera.

En cifras, el consumo total estimado del fuel-oil será del orden de 15.632.000 toneladas, cantidad que es unos cinco millones de toneladas inferior a la estimada para 1981. Este ahorro, del orden del 20,3%, se deriva de la entrada en funcionamiento del grupo 1 de la central nuclear de Almaraz (en periodo de pruebas desde mayo de 1981), del previsto en la también nuclear de Aseó, y de las centrales carboneras de Meirama, Córdoba, Andorra, Lada y Campostilla en el bienio 1981-1982.

Respecto a las gasolinas y productos ligeros, cuyo descenso en el consumo ha sido notable en 1981, el plan prevé que el consumo de gasolinas auto experimentará un incremento del 2,6%, el gas-oil otro del 2,8% mientras que el keroseno disminuirá el 4,9%. Por lo que se refiere al gas natural, se han previsto consumos similares en 1982 a los que se están produciendo a lo largo de 1981.

En cuanto a la aportación de crudos y gas natural de origen nacional, el plan prevé cantidades similares a las que se van a obtener en 1981. Esto significa que la producción de crudo será del orden de 1,4 millones de toneladas procedentes de diversos campos en explotación, más las 50.000 toneladas de Ayoluengo, cuya producción está en fase de declinación natural.

Esfuerzo en el sector carbonífero

El aspecto más resaltable del plan de combustibles del próximo año es el esfuerzo que prevé en el sector carbonífero. En este sentido, el programa refleja el espectacular incremento que ha experimentado tanto el consumo de carbón como la producción nacional a lo largo de los dos últimos años, así como el que se espera que tendrá lugar en 1982.Para atender una demanda creciente en el consumo carbonífero, que pasó de 24,7 millones de toneladas en 1979 a 37,9 millones en 1981, se espera que la producción nacional se incremente de los 22,7 millones en 1979 a los 33,5 millones en 1981. Para 1982 se estima un consumo de 43,8 millones con una producción nacional de 35 millones.

La diferencia se cubrirá, obviamente, con importaciones que alcanzarán un volumen global máximo de 9,9 millones de toneladas. Esta cantidad se desdobla en 4,2 millones de toneladas de hulla coquizable y 5,7 millones de carbón térmico. Hay que resaltar, en este mismo capítulo, que el plan prevé la incidencia en su consumo por sectores distintos a los señalados, de diversas acciones destinadas a fomentar la sustitución del fuel-oil, lo que dará lugar a un incremento, para 1982, de los consumos de carbón por la industria en general y el sector doméstico del orden del 21%.

Más centrales nucleares

En cuanto a la energía nuclear, el plan prevé igualmente el abastecimiento necesario de combustible irradiado para atender las necesidades de las centrales en funcionamiento (Zorita, Garoña, Vandellós y Almaraz) así como las de Aseó y Lemóniz, según los programas de cada central. Es previsible, a la luz de este plan, que la central vasca pueda entrar en fase de pruebas el próximo año, al menos su grupo 1.Uno de los análisis del plan realizados por la propia Comisaría de Energía estima que "a pesar de las incertidumbres que pesan sobre el mercado petrolífero internacional, en general se reconoce que no existirán dificultades insalvables para obtener, en dicho mercado, las cantidades y calidades necesarias, tanto de los hidrocarburtos que se requieran como del resto de los combustibles".

A este respecto, el mismo análisis señala que "en relación con los hidrocarburos se han previsto los mecanismos de adquisición necesarios para equilibrar la actuación del Estado y de las compañías refinadoras, en función de las circunstancias que impone la situación y las exigencias del mercado internacional".

Evaluación de los resultados

A la hora de evaluar los resultados del plan anterior, el mismo análisis oficial estima que en 1981 no se han producido desviaciones significativas entre las previsiones establecidas y la realidad del consumo, con la única excepción de un incremento del consumo del fuel-oil del orden de los 3,2 millones de toneladas, causado por la sequía. Pese al mal año hidraúlico es previsible que los consumos petrolíferos durante 1981 se mantendrán por debajo de la previsión establecida, hecho éste que hace pensar que la disminución de los consumos se debe, fundamentalmente, al descenso de la actividad económica.El objetivo central del Plan de combustibles para 1982 persigue, en línea con las previsiones del PEN, reducir la dependencia del petróleo en la estructura de energía primaria en España, que pasará del 70% en 1979 a menos del 58% en 1982, es decir una caída de cerca doce puntos porcentuales en menos de tres años Otro de los propósitos del Plan de Combustibles es mantener el alto nivel de existencias de petróleo que ya existen en este momento.

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