Insuficientes renales

Queremos poner en conocimiento de su periódico un grave problema sanitario que sufre nuestro país, y que la ineficacia de la Administración no ha sabido resolver hasta ahora.Se trata de la situación de más de 6.000 insuficientes renales en tratamiento de hemodiálisis periódica. No se ha elaborado y puesto en práctica un plan nacional, para la racionalización de la hemodiálisis -exigido ya en 1976 por ALCER (asociación que defiende los intereses de estos enfermos) y por los profesionales sanitarios-, de lo cual se deriva:

- Que para 1982 el coste de esta enfermedad supondrá a la Seguridad Social veinte mil millones de pesetas, como ya advertimos en 1976.

- Que se ha permitido la concentración de puestos de diálisis en ciertas ciudades (Madrid, Barcelona, Valencia), mientras están desasistidas otras zonas del país, lo que obliga a continuos desplazamientos (cientos de kilómetros tres veces por semana) a los enfermos, y a considerables gastos en transportes.

- Que no han fijado unas normas de estandarización de la calidad mínima de las prestaciones ni de los precios de los centros concertados.

- No se ha fomentado suficientemente la diálisis domiciliaria (sensiblemente más barata y positiva, en general, para los enfermos).

-Además de lo apuntado, una importante solución humana (la esperanza para el enfermo de una vida mejor), social y económica se encuentra en el trasplante de riñón. Por iniciativa y presión de ALCER, en 1979 se promulgó la ley de trasplantes, y poco después la normativa de su aplicación, instrumentos jurídicos imprescindibles para poder trasplantar. Aun así, en 1980 se realizaron 283 trasplantes de riñón, que representan aproximadamente sólo un tercio de las necesidades de nuestro país.

La comisión asesora de trasplantes del Ministerio de Sanidad ha resultado hasta ahora ineficaz para organizar y aumentar la calidad y cantidad de trasplantes en nuestro país. Para conseguirlo creemos necesario:

- Atraer al trasplante a los equipos médicos mediante incentivos morales y materiales.

- Evitar que la diálisis siga siendo tan rentable para algunos.

- Crear un estado de opinión social favorable a la donación.

Si en España, en 1980, hubo ocho extracciones de riñón por millón de habitantes, mientras que en Francia, dieciséis; Italia, veinte; Suiza, veinticinco, no ha de entenderse que los ciudadanos de estos países son más generosos que los españoles, sino que están mejor informados.

Ahora que se va a discutir el presupuesto de la Seguridad Social para 1982 es el momento de pensar en organizar estos tratamientos: se reducirán así los gastos y, lo más importante, se conseguirá mejorar (¡a la vez!) la asistencia sanitaria de los enfermos renales./ secretario general de la Federación ALCER.