Juan Antonio Ortega abandonará el Gobierno si UCD continúa bloqueando la LAU

El sector más conservador de Unión de Centro Democrático (UCD), conocido con la denominación de plataforma moderada, hizo ayer entrar en dique seco la ley de Autonomía Universitaria (LAU), cuyo estudio en la Comisión de Educación del Congreso ha quedado pospuesto hasta después del debate presupuestario. El ministro de Educación, Juan Antonio Ortega, tras discutir en el seno del Grupo Parlamentario Centrista con los diputados contrarios a la tramitación de esta ley, reafirmó a EL PAIS su propósito de no continuar en el Gobierno si tanto la LAU como la ley de Financiación de la Enseñanza no son aprobadas en un plazo razonable.El ministro de Educación recordó a los diputados de UCD que la negociación sobre la LAU se había realizado de acuerdo con los deseos del grupo y que las diez reformas planteadas se habían efectuado en el seno de la Comisión de Educación. A la reunión del grupo, a la que asistieron unos cincuenta diputados centristas, varios miembros de la plataforma moderada pidieron el aplazamiento del debate sobre esta ley hasta después de la discusión presupuestaria.

Concretamente, Oscar Alzaga estimó que no es el momento adecuado para el debate de la LAU, con una crisis de Gobierno latente y tratándose de un tema en el que existen notables diferencias dentro del partido, cuya discusión podría aumentar los enfrentamientos ya existentes. Otros diputados del mismo sector, como Ricardo de la Cierva, Emilio Attard y el portavoz, Miguel Herrero, insistieron en la conveniencia de aplazar la tramitación de la LAU.

El ministro de Educación no se opuso, en principio, al aplazamiento durante unos días de esta materia, pero intentó, sin éxito, que los diputados centristas explicaran las objeciones de fondo al informe de la ponencia. A pesar de los esfuerzos, por una parte, del ministro, y por otra, en los pasillos del Congreso, de los informadores, ninguno de los miembros de la plataforma moderada, preguntado sobre el particular, se pronunció sobre las razones de fondo para el aplazamiento de una ley que, en algunos círculos intelectuales y progresistas, ha venido siendo considerada de mínimos.

Los socialistas anunciaron para hoy una conferencia de Prensa para explicar su postura. EI diputado Gregorio Peces-Barba anticipó a EL PAIS que el nuevo bloqueo de la LAU significa que UCD no acepta siquiera un texto negociado por un ministro conservador, pero honrado, como Juan Antonio Ortega. Entre los puntos que, en su opinión, podrían explicar -nunca justificar- la posición centrista, Peces-Barba señaló la equiparación entre los profesores contratadas y los funcionarios que la LAU consagra.

Universidad como servicio público

Uno de los puntos que, al parecer, podría haber motivado la actividad centrista es el de la consideración de la universidad como servicio público. Algunos diputados de UCD consideran que existe un pacto secreto del ministro con los socialistas para que dicho término se incluya en la ley. El ministro de Educación recordó a EL PAIS que la expresión servicio público, referida a la Universidad, no figura en el informe elaborado por la ponencia, si bien el Gobierno estaría dispuesto a introducirlo, siempre que se explicara muy bien cuál es la interpretación que se da a este concepto.La LAU, que junto con la ley de Divorcio estuvo en el principio de los debates producidos a finales del pasado año en el seno de UCD, y que originó la caída del anterior ministro de Universidades e Investigación, Luis González Seara, después de estar dictaminada por la Comisión de Educación, volvió a ella, a petición del actual ministro, el democristiano progresista Juan Antonio Ortega, para su renegociación política. Tras largos meses de debate en la ponencia, el texto alcanzado es aceptado por el Gobierno, pero encuentra fuertes resistencias en el grupo parlamentario, que han impedido la continuidad en su tramitación.

Durante la reunión de ayer del ministro de Educación con el grupo centrista, Juan Antonio Ortega recordó a Oscar Alzaga que, en su momento, se negó a participar en la elaboración parlamentaria de la LAU, al rechazar su inclusión en la ponencia. Ante los problemas que ahora planteaba y teniendo en cuenta que, en otras ocasiones, le había sido ofrecida la cartera de Educación, el actual ministro bromeó con Alzaga sobre el particular y, en ese tono, le propuso que se hiciera cargo de la cartera para solucionar a su satisfacción el problema.