Margarethe von Trotta actualiza en el cine el drama creado por Baader-Meinhof
"Las hermanas alemanas" se estrena hoy en Madrid
La película Las hermanas alemanas (Die bleierne), de la directora Margarethe von Trotta, que se estrena hoy en Madrid, actualiza la extraña muerte de Gudrun Ensslin, miembro de la banda Baader-Meinhof, que, según la versión oficial de la policía, se suicidó en la cárcel especial de Staminheini (Stuttgart) el 18 de octubre de 1977.
Aunque la realizadora ha explicado recientemente que no se trata de un filme de terrorismo, lo cierto es que la película se gestó después de que Margarethe von Trotta conociera, en el otoño de 1977, a Christiane, hermana de Gudrun Ensslin. En la película existen además varios puntos que coinciden con determinados aspectos de la vida de la militante de la Baader-Meinhof: era hija de un eclesiástico protestante y tenía una hermana periodista, autora de un libro de próxima publicación, que describe las circunstancias de la muerte de Gudrun. Hay paralelismos evidentes entre la acción del filme y los acontecimientos reales.Las hermanas alemanas, que obtuvo el León de Oro a la mejor película y el primer premio de interpretación femenina en el Festival de Véncela y el premio especial Villegas López en la última Semana Internacional de Cine de Valladolid, es el tercer filme de Margarethe von Trotta, mujer del realizador alemán Volker SchIondorff, con quien colaboró en el reportaje de El honor perdido de Catharina Blum, en 1975. Posteriormente, la directora alemana rodó en solitario El segundo despertar de Christa Klages (1977) y Hermanas, o el balance de la suerte (1979).
Margarethe von Trotta no ha intentado, según propias explicaciones, hacer un filme de terrorismo, sino «describir la estrechísima relación y oposición al mismo tiempo entre dos mujeres, dos hermanas que reaccionan y actúan de modo muy diverso ante la situación de la República Federal de Alemania en los años setenta. «En esta película hay muchos elementos que tienen que ver con el caso de Gudrun Ensslin y con su hermana, pero también tienen que ver conmigo misma, porque somos de la misma generación, vivimos de niñas la guerra, crecimos en los años cincuenta, años que experimentamos como la «edad de plomo». Al mismo tiempo hay cosas no relacionadas ni con ella ni conmigo, sólo corresponden a mi figuración fantástica de una mujer de nuestra generación.
Conciencia de culpabilidad
El acercamiento a la explicación de la vida exterior e interior de la República Federal de Alemania, «que se aprestó inmediatamente a olvidar la conciencia de culpabilidad por los desastres que causó en la guerra», es una de las obsesiones de Margarethe von Trotta. «La película puede encuadrarse en el tema del enfrentamiento del recuerdo y el olvido. En su conjunto la gente olvida. Son sólo personas individuales las que se resisten a olvidar y prefieren hacer memoria».Las hermanas alemanas, interpretada en sus principales papeles por Jutta Lampe, Bárbara Sukowa, Rudiger Vogler, Doris Schade y Verenice Rudolph, narra la historia de dos hermanas, dos niñas de la guerra que se hicieron mayores en los años cincuenta, «una época triste y carente de emociones». para Margarethe von Trotta. Ambas están influidas desde el principio por la acción de su padre, pastor protestante, que las somete a una forzada religiosidad, lo que, a la larga, les crea un vacío en la conciencia cargada ya, en su juventud, de los ideales y movimientos de 1968».
A partir de su contacto con la filosofía de este movimiento las dos van a tomar caminos distintos. La más pequeña sigue la vía pragmática. Se afilia al movimiento feminista y trabaja como redactora en una revista de este signo, con el Fin de transformar poco a poco la sociedad en la que le ha tocado vivir. La hermana mayor, por el contrario, si bien al principio se acomoda al modelo burgués, se casa y tiene un hijo, termina entregándose a la violencia armada como única posibilidad de conjugar fe y vida en una unidad.
Valor del tiempo pasado
En el filme se suceden con frecuencia transiciones temporales entre los cúmulos de recuerdos y la situación presente. Para Margarethe von Trotta el tiempo pasado, el recuerdo de éste, los ensueños, fantasías, imaginaciones, junto con el acontecer real, son componentes del ser humano, aunque se mezclan y superponen unos con otros. Y precisamente para establecer estos enlaces, el cine es el procedimiento de expresión más adecuado.
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