Ningún acuerdo sustancial en la Conferencia de Madrid a un año de su apertura
Un año después de iniciada, y sin visos de terminarse a corto plazo, el pesimismo es. la nota dominante de laConferencia de Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE), que se abrió en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid el 11 de noviembre de 1980. Puede afirmarse que en este tiempo no se ha producido ningún acuerdo sustancial y que el Este y el Oeste mantienen en la capital de España algo muy parecido a un diálogo de sordos.
El aniversario, según informa la agencia Efe, se conmemoró con un encuentro de los jefes de las 35 delegaciones participantes todos los estados europeos, excepto Albania, más Estados Unidos y Canadá. Inicialmente se había previsto el 5 de marzo de 1981 como fecha deseable para el fin de los trabajos de este foro internacional sobre la distensión, pero lo cierto es que 33 semanas hábiles después de haber iniciado sus trabajos, los representantes de los cuatro países neutrales (Austria, Suiza, Finlandia y Suecia) siguen manteniendo contactos informales para sondear la disposición de Washington y Moscú a llegar a algún acuerdo. Una primera fase de la CSCE, hasta diciembre del año pasado, se dedicó a revisar el cumplimiento del acta final de Helsinki desde su firma, en 1975. Esta etapa se saldé con duras críticas a la Unión Soviética por la invasión de Afganistán en 1979 y por la represión de sus disidentes.Desde entonces, la CSCE estudió las posibilidades de avanzar por el camino del compromiso, pese a la difícil coyuntura internacional. Las cuestiones básicas pendientes casi un año después son el posible acuerdo para convocar una conferencia europea sobre el desarme y las medidas que permitan asegurar y mejorar el respeto de los derechos humanos en los países signatarios del acta final.
La convocatoria de una reunión europea sobre desarme tropieza con los recelos de Este y Oeste para convenir una zona geográfica de vigencia para las denominadas medídas creadoras de confianza (CBM) que se aprobaran en aquel foro. La URS S y sus aliados ofrecieron ampliar hasta los Urales la zona de vigencia de las medidas aprobadas en Helsinki si los occidentales hacían concesiones similares que no llegaron a precisarse.
En el capítulo de los derechos humanos y de la mejora de los contactos de carácter humanitario, Occidente solo ha conseguido hasta ahora un rechazo sistemático del bloque socialista.
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