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ECOLOGIA

Miles de gansos y patos pueden morir en el coto de Doñana por falta de agua

Miles de gansos y patos pueden encontrar la muerte este otoño al regresar al Parque Nacional de Doñana desde sus lugares de cría, en el norte de Europa, y encontrarse con que las marismas del río Guadalquivir están totalmente secas. En estos momentos, decenas de miles de gansos y patos surcan los cielos españoles en dirección a Doñana, donde inviernan; pero la escasez de lluvias y las obras de desecación realizadas en la zona por el Iryda harán que las aves se encuentren con el duro barro en lugar de sus acostumbradas lagunas y lucios.La asociación ecologista sevillana Andalus ha denunciado el hecho de que las bombas que han sido instaladas para proporcionar agua al parque en tiempos de sequía, se encuentran fuera de servicio desde la pasada primavera. De no llover durante estos días y no poder bombearse agua en las próximas semanas, los gansos -que comenzaron a aterrizar ayer en las marismas de Doñana- tendrán pocas probabilidades de supervivencia. En opinión de Andalus, «esta grave negligencia es un contrasentido con la campaña de abastecimiento de grano que se llevó a cabo la pasada primavera para que estas aves, debilitadas por la sequía, pudieran coger fuerzas, para emprender el vuelo hacia los países del norte de Europa. Igualmente está en contradicción con la medida adoptada por el lcona de sumarse a un acuerdo internacional para prohibir la caza de ánsares».

Los ecologistas también han denunciado a los propietarios de la finca Las Nuevas, una de las que integran el Parque Nacional de Doñana, «por haber roto los candados y desoldado las compuertas que regulan la entrada de las aguas del río Guadalquivir en esta parte de las marismas de Doñana». Estas compuertas están precisamente bajo control director del conservador del parque, máxima autoridad del leona en la zona, dada la peligrosidad que representa la entrada del agua del río, fuertemente contaminada, en el recinto de Doñana. En este sentido, los ecologistas recuerdan la mortandad de anátidas, garzas, espátulas y otros animales ocurrida en 1973, y las mortandades de 1978, que se sospechan fueron originadas por la contaminación de las aguas.

La asociación Andalus responsabiliza de esta grave situación al conservador del parque, ingeniero del leona Ramón Coronado, al que acusan de no tomar ninguna medida para paliar todos estos problemas. Según Andalus, el lcona no aplica la ley del Parque Nacional de Doñana, y entre los numerosos atentados que sufre continuamente este parque destaca una nueva línea de tendido eléctrico que se está construyendo actualmente en la mayor impunidad.

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