El Gobierno polaco podrá proclamar el "estado de guerra" y suspender el derecho de huelga
El cuarto pleno del comité central del Partido Obrero Unificado de Polonia (POUP, comunista) aplazó ayer sus sesiones después de haber elaborado un proyecto de resolución autorizando al Gobierno a recurrir, en caso de necesidad, la proclamación del "estado de guerra", según han informado fuentes oficiosas. La resolución, que no fue sometida a votación en el comité central, prevé también autorizar al Gobierno a suspender el derecho de huelga y a negociar de nuevo los acuerdos de Gdansk con el sindicato independiente Solidaridad.
Las sesiones del pleno, indican las mismas fuentes, se reanudarán hoy por la mañana. Entre tanto, el comité central establecerá contactos con todos los comités regionales del partido con el fin de recabar su opinión sobre el proyecto de resolución.El "estado de guerra", que sustituye en la Constitución polaca al "estado de emergencia" o "de excepción" que existe en otros países, debe ser proclamado por la Dieta (Parlamento), a petición del Gobierno.
El cuarto pleno del comité central del POUP ha dado la imagen de un partido a punto de estallar. Está tentado, por una parte, de imponerse por la fuerza, pero es consciente, por otra, de haber perdido toda su autoridad. Estas contradicciones no parece que puedan ser resueltas sin que se modifique la composición de las altas esferas del partido.
Un electricista de Jelenia Gora (suroeste de Polonia), interviniendo en los debates de la segunda jornada del pleno, resumió categóricamente la situación declarando: "Es preciso responder hoy a la pregunta de saber a qué precio vamos a defender el socialismo, el partido y la patria. Tenemos que decidirlo hoy. Es una cuestión de vida o muerte para el partido y para el socialismo".
Como en el día anterior, los casi veinte oradores que tomaron la palabra criticaron severamente en su mayoría la dirección central del partido, hablando tanto desde posturas dogmáticas como desde posiciones liberales. Ahora más que nunca, ambas tendencias han parecido irreconciliables. Defendiendo a las autoridades, el ministro polaco del Interior, acusó a ciertos militantes de tener una actitud "antinacional y antipolaca".
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