El reto del capitán

Muchas veces he estado tentado de escribir al diario que usted dirige, mas he desistido. Pero hoy, al leer la carta que el señor Dusmet, capitán del Ejército, le envía, he sentido tanta rabia, vergüenza y pena que aquí están mis letras para solidarizarme con usted, como estoy seguro harán muchos espafíoles, quienes, como yo, sentimos y queremos profundamente a nuestra Patria.¿Qué calificativo podemos dar al golpe de Estqdo del 23-F? Si entrar en el Congreso de los Diputados (representación de la soberanía nacional) disparando, for

zando a un teniente general, traicionando al Rey, tratando, en fin, de destruir esta Espafía democrática y en paz que todos queremos -bueno, todos no-, a pesar de etarras, macarras y chorizos; si hacer todo esto no es un acto de delincuencia y cobardía, ¿qué es entonces?Una de las premisas para conseguir esa España que casitodos queremos es un Ejército, cuyo mantenimiento pagamos los con tribuyentes, moderno y eficaz para repeler las agresiones exteriores, si las hubiera, y para defender y mantener el mandato de ese pueblo que le paga: la Constitución. Retarle a usted a puñetazo limpio -suponemos que esás serán las armas que utilizará el señor Dusmet- es, desde luego, una cobardía y dice muy poco y muy malo de quien le reta. La valentía y el patriotismo no van por ahí, y mucho menos el buen nombre del Ejército./