Los líderes del POUP discutieron el establecimiento del estado de excepción

Por primera vez, la semana pasada las autoridades polacas consideraron seriamente la posibilidad de decretar el estado de excepción en el país, lo que implicaría la entrada en vigor de la ley marcial y podría provocar enfrentamientos sangrientos en las calles.El tema fue discutido por los quince miembros del Buró Político del Partido Obrero Unificado de Polonia (POUP, comunista) en una reunión que duró toda la noche, durante la que se expusieron las opiniones a favor y en contra de la medida.

Los líderes regionales del partido -a pesar de ser apartados del comité central en el 9º Congreso del POUP el pasado mes de julio conservan aún poder dentro del partido y mantienen sus argumentos de que una medida de fuerza favorecería el que el POUP recuperase el control de la situación apoyaron las tesis de los miembros del Buró Político partidarios del estado de excepción.

Sin embargo, las fuerzas moderadas, agrupadas en torno al primer secretario, Stanislaw Kania, volvieron a ganar la partida. La dirección optó al final porque no se adoptasen medidas drásticas.

Una alta fuente del POUP comentó en privado que un estado de excepción "provocaría una resistencia y el final de la política razonable". La reunión estuvo originada por la última carta de advertencia enviada por Moscú, en la que se solicitó la finalización de la campaña "antisoviética" que se desarrolla en Polonia. Según fuentes oficiales, el embajador soviético en Varsovia, Boris Aristov, entregó a Kania, además de la carta, un mensaje verbal que decía: "O ponen ustedes (los polacos) su casa en orden o lo hacemos nosotros por ustedes".

Los argumentos a favor de que no se emprendan medidas de fuerza que provocarían un choque inevitable con el sindicato Solidaridad, según una alta fuente del POUP, estuvieron motivados por el peligro de "devastar el propio partido", teniendo en cuenta el gran número de militantes que lo son igualmente del sindicato.