Pancartas contra el gasto público

El presidente de la patronal bancaria, Rafael Termes, acaba de decir, en una rueda de Prensa celebrada a continuación de una conferencia que pronunció en Valladolid sobre el tema La financiación de las empresas por la banca privada, que "Ios empresarios deberían manifestarse con pancartas contra el aumento del gasto público". Quizá la expresión sea exagerada, pues los empresarios disponen de vehículos más ortodoxos para hacer públicas sus opiniones y tienen acceso a instrumentos menos espectaculares y más, eficaces para mostrar su disconformidad con la política económica del Gobierno. ( ... )A la vista de las primeras cifras que se han filtrado sobre el Presupuesto -que habrá de ser presentado al Congreso antes de una semana- caben pocas esperanzas de que el importante aumento del gasto público que se va a producir sea destinado a actuar "como locomotora" de la economía española. Ni los 401.400 millones que van a destinarse a financiar los déficit de las empresas públicas, ni el billón 200.000 millones de gastos de personal, ni los 174.000 millones, de aportación del Estado al desempleo, ni los 167.800 millones de aportación a las corporaciones locales suponen una inversión pública, sino una pesada carga en el volumen total de los 740.000 millones en que se ha cifrado el déficit público para 1982. Es la improductividad de los gastos corrientes y de las transferencias, junto a la escasa eficiencia que se está logrando de la inversión pública, lo que hace con razón pensar a los empresarios, en palabras de Termes, que "la iniciativa privada, si recibe apoyo en forma de medidas generales, laborales y fiscales, puede desarrollarse y salir por sí sola de la crisis".

23 de septiembre