Las reses sacrificadas en el matadero de Leganés pudieron ser compradas en Madrid y Toledo
Los animales sacrificados en el matadero clandestino descubierto el pasado día 9 en la localidad de Leganés pudieron haber sido comprados en distintos puntos de las provincias de Madrid y Toledo por una o varias personas que se habrían presentado a los ganaderos como tratantes de ganado. De confirmarse esta hipótesis, que está siendo investigada por miembros del grupo 111 de la Brigada Regional de Policía Judicial, no sólo podría esclarecerse el caso de Leganés, sino que, posiblemente, se darían nuevos pasos para la detección de otros casos de distribución clandestina de carne, que, según se cree, están aún por descubrir. Según informó ayer el alcalde de Leganés, Ramón Espinar, a primeros de septiembre algunas noticias recogidas entre los vecinos del barrio de La Fortuna hicieron que se montara en ese barrio un servicio de vigilancia a cargo de la Policía Municipal. La operación, según manifestó Espinar, no dio ningún resultado, quizá a causa de la continua presencia de policías uniformados fácilmente detectables por los implicados.
Esta vigilancia coincidió con el servicio del citado grupo policial, que desde hace tiempo investiga, según parece, la existencia de una red clandestina de comercialización de carne.
El sistema utiliza do por los funcionarios de la brigada consistió en seguir a una furgoneta marca Avia, tras su salida del matadero y, comprobar que era utilizada para el reparto de carne por algunos restaurantes y carnicerías de la capital; por otro lado, uno de los inspectores se hizo pasar por comprador.
Los servicios municipales, puestos sobre aviso ante la posible existencia de un matadero clandestino, no detectaron en el término de Leganés la venta de ninguna res de procedencia ilegal. Esto hizo más difícil el descubrimiento del matadero, ya que vendían el género en Madrid y lo sellaban con un sello similar al utilizado por el matadero General Frigorífico de Villaviciosa de Odón", manifestó el alcalde, quien aprovechó para felicitar públicamente a los funcionarios que habían realizado la operación.
En la inspección que se realizó del local en el que se sacrificaba clandestinamente se encontraron, además de los utensilios necesarios para la matanza y los sellos antes citados, bolsas para envolver las reses muertas con el anagrama de una sala de despleces de un almacén frigorífico legal. Todos estos objetos fueron decomisados por la policía.
Angel Arroyo, delegado de Abastos del Ayuntamiento de Leganés, manifestó, por su parte, que no se tenía conocimiento de que la carne cornercializada estuviera en malas condiciones. Según los análisis practicados a los cabritos encontrados, su carne era apta para el consumo; con respecto a la carne de los cochinillos, aún no se tierien los resultados sobre si padecían o no peste porcina, aunque parece que llevaban las chapas indicadoras de su vacunación.
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