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OTAN regalada

Anoche se reestrenaba en Madrid la famosa obra de Antonio Gala Petra Regalada, al mismo tiempo que la ciudad se velaba con el grafismo desconcertante de una duda en todas las vallas: «OTAN de entrada NO».Ambigüedad en el slogan del PSOE y ambigüedad en la obra de Gala. No es momento, no es tiempo, no soy persona para tasar la comedia de Antonio Gala, que ya tasaron en su día los críticos y, luego, a su manera multitudinaria y por libre, el público de toda España. Pero sí había un reparo extraliterario que ponerle a nuestro querido Antonio en su hoy popularísima obra: la ambigüedad. No me refiero, claro es, a la ambigüedad teatral, que siempre supone riqueza y apertura en un texto, cuando la ambigüedad está repartida con buena mano de escritor. Me refiero a la ambigüedad del mensaje (ya que la obra se obliga a sí misma a tenerlo y, de hecho, se constituye en discurso ideológico). Ese indefinido e indefinible socialismo de marrón, que al final traiciona y pacta, y que sólo es castigado por un pueblo aplacado de tradiciones confusas y metaforizado en un subnormal, ese socialismo/PSOE (no hay más remedio que concretar) ha venido a coincidir, en el reestreno de la obra, con su espejo teatral. Felipe, las vallas del PSOE y Petra Regalada dicen la misma cosa: «Sí, pero ... » O bien: «No, pero ... » Nada más desertizador ha podido ocurrirle al PSOE, cuando tiene «moralmente ganadas» las elecciones/83, según la frase ya hecha, que converger con la versión teatral que de nuestro socialismo diera un autor escéptico en una obra ambigua, hace dos años.

Gala, en su ambigüedad, decía una cierta verdad. No sé si esto va en beneficio del escritor, pero va en perjuicio, desde luego, del PSOE. Y Antonio pudo volver a saludar, con una certidumbre que no tenía hace dos años, en el Maravillas, anoche, porque la Historia -ay- ha estado a punto de darle la razón. Quiero decir que se puede estar a favor o en contra de la OTAN, se puede hacer o no hacer campaña, pero no es posible hacer y no hacer al mismo tiempo. Ese de entrada es lamentable, inhibitorio para el ciudadano: es la ambigüedad dentro de la ambigüedad, ya que significa que de entrada (de momento) se dice no a la OTAN, pero sólo de entrada, y al mismo tiempo se juega con el verbo «entrar» (en la OTAN). El slogan, en fin, es la duda hamletiana en tamaño de valla, la dubitación elevada gráficamente al cuadrado, un matiz sutil del alma (la inseguridad que siempre ha temblado en el fondo del PSOE), ampliado monstruosamente por la lente de la publicidad. Las sutilezas del espíritu, puestas en mayúsculas, dan Shakespeare, Dostoiewski, la locura y la distorsión. Todos sabemos que nuestro socialismo tiene una crisis de identidad que no ha resuelto ni siquiera dejando el icono de Marx en el Rastro un domingo de mayo por la mañana. Pero uno no esperaba que el PSOE fuese a exhibir sus ambigüedades/intimidades (tan legítimas en una conciencia que son la conciencia misma) mediante letras y cartelones del tamaño de un hombre. Es como si uno llenase las vallas de Madríd preguntándose si le quiere Purita a través de una campaña publicitaria. Y esta inseguridad raigal la exhibe el PSOE cuando el turbión de la Historia le lleva en andas/volandas al Gobierno de la nación, quizá. Felipe se nos 'ha quedado tan ambiguo y borroso como el personaje de Gala, que (pienso) le evoca en marrón.

Petra Regalada. OTAN Regalada. No digo ahora si es bueno o malo entrar en eso. Digo que el PSOE, Hamlet de pana, en lugar de hacer campaña por el sí, el no o el referendo, ha hecho una gran tirada de pósters con sus problemas de conciencia. Comedia y posters dicen lo mismo. Sólo que Julia Gutiérrez-Caba lo dice mejor y es más guapa.

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