El síndrome de abstinencia alcohólica puede ser producido por el endurecimiento de las membranas cerebrales
Un grupo de investigadores norteamericanos, del Hahnemann Medical College, de Filadelfia, ha elaborado una teoría, resultante de varios trabajos de laboratorio, con el fin de explicar las interrogantes científicas respecto al alcoholismo y el comportamiento de los alcohólicos. Esta teoría, en síntesis, señala que la embriaguez, la torpeza que conlleva y el síndrome de abstinencia son producidas por el mayor o menor grado de fluidez de las membranas cerebrales, a las que el alcohol afecta determinantemente.
Desde hace siglos se sabe que el exceso de alcohol produce borracheras. y desde hace años, que el consumo continuado de alcohol produce enfermedades en el hígado y otros órganos, pero las razones científicas para estos hechos no están claras. Los científicos se formulan preguntas como las siguientes: ¿cómo pueden los alcohólicos crónicos desarrollar una tolerancia al alcohol de forma que, pese a estar fuertemente bebidos, puedan conducir un coche y ejecutar otras tareas físicas y mentales, cuando sus índices de alcohol en sangre incapacitarían automáticamente a cualquier persona no alcohólica? ¿Qué tipo de alteración celular se produce en el organismo de un alcohólico para que se presenten los síntomas de abstinencia cuando deja de consumirlo? ¿Por qué la tolerancia al alcohol conlleva la tolerancia a otro tipo de drogas? Los anestesistas, por ejemplo, saben que es mucho más complicado dormir a un alcohólico y mantenerte dormido durante una operación que a una persona no alcohólica.
Más dificultades del análisis directo
Las preguntas se formulan desde hace años y no se limitan al efecto del alcohol, porque efectos similares son producidos por otro tipo de drogas pero desde que el alcoholismo se ha convertido en una forma habitual de dependencia de las drogas, los investigadores consideran crucial encontrar la respuesta a las anteriores preguntas. Los científicos necesitan muestras, analizar los tejidos de individuos antes, durante y después de la ingestión de alcohol, tanto de individuos alcohólicos como no alcohólicos. Sin embargo, la obtención de células cerebrales mediante agujas para estas investigaciones se considera poco ético.Las restricciones éticas son comunes en la ciencia. Mientras los experimentos psicológicos sobre los efectos del alcohol se realizan entre seres humanos, los investigadores médicos han recurrido a animales de laboratorio y cultivos de células en probetas para extrapolar los resultados a los humanos. En la investigación sobre el alcohol, la mayoría de estas extrapolaciones han resultado válidas.
Un grupo de investigadores de Filadelfia ha formulado una teoría para responder a las preguntas expuestas. Si esta teoría se mantiene después de futuros experimentos, podría reconducir la investigación que permita un mejor tratamiento del alcoholismo y su prevención. Las células del cerebro, como las de otros órganos, están cubiertas por membranas protectoras que contienen grasas y proteínas. La disposición física de estas sustancias da a las membranas una estructura fluida.
Emanuel Rubin, Hagai Rottenberg y Alan Waring, miembros del Hahnemann Medical College, han separado los componentes de las membranas celulares del cerebro de ratas y han estudiado sobre ellos los efectos del alcohol en tubos de ensayo. El experimento de estos investigadores, continuación del realizado ya anteriormente, consistió en demostrar que el tratamiento con alcohol hace las membranas cerebrales más fluidas. Sin embargo, cuando los animales utilizados en experimentación se convirtieron en alcohólicos crónicos la membrana cerebral adquirió una mayor consistencia. Este es un fenómeno de autoprotección de los animales tratados.
Los científicos han determinado una escala para graduar el estado de fluidez de las membranas cerebrales. Un grado de fluidez normal. ya preestablecido, significa una escala cero, el jado más se da a membranas con un mayor grado de rigidez, y el grado menos, a las membranas más fluidas. Las células cerebrales, de las ratas alcohólicas dieron un grado más dos en la escala mencionada. Cuando estas ratas adictas eran tratadas con alcohol, sus membranas cerebrales se volvían más fluidas, llegando hasta cero, pero difícilmente al grado menos dos, que ofrecían las membranas de ratas no alcohólicas.
El organismo exige mayor cantidad de alcohol
En cualquier caso, la fluidez de las células cerebrales del animales alcohólicos se mantuvo durante el experimento en más dos, aunque no recibieron alcohol alguno en varios días. En esta situación, la capacidad de respuesta de las células es menos efectiva, ya que las células se encuentran artificialmente endurecidas, y el organismo exige más alcohol para llegar al grado de semifluidez normal. Según este experimento, pues, el síndrome de abstinencia del alcohol puede estar producido por el endurecimiento de las membranas del cerebro.El consumo de alcohol, pues, facilita una mayor fluidez de las membranas, mientras que, entre los alcohólicos, la abstinencia produce alucinaciones y signos externos de la caótica comunicación establecida entre las células cerebrales. La teoría de los investigadores norteamericanos concluye con la suposición de que la tolerancia de los alcohólicos al fuerte consumo vieriedeterminada por la gran cantidad de alcohol que necesitan basta que sus membranas celulares lleguen al llamado grado menos dos.
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