La pugna Reagan-Gadafi sólo puede producir una escalada de la tensión en el Norte de Africa
ENVIADO ESPECIAL, Una escalada de la tensión en el norte de Africa, como consecuencia del último enfrentamiento libio-americano, sólo produciría problemas inmediatos, ya que conduciría a un rápido enfrentamiento entre Trípoli y Rabat, en virtud de los pactos existentes entre las dos capitales árabes y Moscú y Washington, respectivamente.
En opinión de diplomáticos árabes de esta capital, la única posibilidad de conseguir un arreglo pacífico al conflicto del Sahara radica precisamente en un reforzamiento de la entente libio-marroquí, iniciada durante la última cumbre de la OUA en Nairobi. En el curso de esta reunión, el rey Hassan de Marruecos, en una decisión que sorprendió por igual a propios y extraños, se declaró dispuesto a la celebración de un referéndum en la antigua colonia española, al tiempo que "enterraba el hacha de guerra" con su tradicional enemigo el coronel Muamar el Gadafi.Precisamente, mañana lunes, el monarca marroquí se reúne con otros nueve líderes africanos en Nairobi para discutir la celebración del referéndum que ha de decidir la suerte del Sahara occidental. Una confrontación libio-americana podría poner en peligro la distensión entre Marruecos y Libia, única forma de conseguir un arreglo definitivo de la cuestión, dado que Libia es el principal suministrador de armas a la República Democrática Saharaui. De ahí que, en opinión de algunos diplomáticos árabes, el Polisario sea el único interesado en conseguir un aumento de las tensiones entre Trípoli y Washington, si ese incremento se traduce en una continuación de las entregas de armas libias para la guerra que, desde hace cinco años, libra el Polisario con Marruecos.
Según estos diplomáticos, los polisarios, alarmados ante los deseos de Argelia de conseguir una terminación rápida de un conflicto que siempre plantea a este país la posibilidad de un enfrentamiento armado con Marruecos, enviaron hace pocas semanas a un alto funcionario de la República Arabe Saharaui a Trípoli para sondear a Gadafi sobre sus intenciones de apoyo futuro. El resultado de la entrevista se desconoce por el momento.
En Argel y Rabat se teme que la Administración Reagan no comprenda bien las sinuosidades de la política norteafricana y caiga en una trampa política al querer enfrentarse con el líder libio en su propio terreno. Estas preocupaciones argelinas y marroquíes le fueron expresadas recientemente al enviado especial del presidente Reagan, general Vernon Walters, cuando visitó las dos capitales del Magreb, poco antes de la celebración de las maniobras de la VI Flota, que dieron lugar al incidente libio-americano del pasado miércoles.
Un descarado intento de derrocar al régimen de Gadafi por parte de Estados Unidos o Egipto podría provocar un movimiento de solidaridad hacia el libio por parte de países árabes, incluso de los prooccidentales, aunque sólo fuera para salvar la cara ante sus pueblos.
Es necesario, por tanto, según los funcionarios árabes, que Estados Unidos mida con cuidado sus futuras relaciones y acciones con relación a Libia, con el fin de no frustrar una solución negociada al conflicto del Sahara, que, por el momento, constituye el más grave foco de tensión en la zona.
Por otra parte, se señala que Libia incrementa constantemente la potencia de sus fuerzas armadas no sólo con material soviético, sino también con compras a diversos países occidentales, principalmente Francia.
El pasado 15 de julio, el presidente Mitterrand levantó el embargo a la venta de armas a Libia decretado por su antecesor, con motivo de la incursión libía en Chad, y Trípoli recibirá pronto diez torpederas rápidas lanzamisiles Combattante II y 32 cazas Mirage F-1. Esta decisión francesa permitirá asimismo que, España suministre a la Yamahirya cuatro submarinos de la clase Daphne, que serán construidos en la Bazán, en El Ferrol, bajo licencia francesa.
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