El Ejército norteamericano retira de servicio al "jeep"
Después de servir durante cuarenta años al Ejército de Estados Unidos en todas las guerras en las que ha tomado parte, el Pentágono ha condenado a muerte al viejo y romántico jeep. De aquí a 1986, un nuevo y mas moderno vehículo, bautizado como HMMWV (vehículo motorizado de gran movilidad y pluralidad de funciones), retirará del servicio a la flota de 114.000 jeeps del Ejército norteamericano.El HMMWV tendrá forma parecida a la del jeep, será un poco más grande, pero menos pesado, y poseerá transmisión automática en vez de manual, "porque,la mayoría de soldados norteamericanos no sabe conducir con marchas".
El nuevo vehículo será capaz de subir una pendiente de sesenta grados, acelerar de 0 a 45 kílómetros por hora en tan sólo seis segundos, marchar sobre cuatro neumáticos pinchados durante por lo menos cincuenta kilómetros y aguantar 480 kilómetros con un solo tanque de gasolina.
Pero -dicen los defensores del jeep en las altas esferas, con un toque de melancolía- el HMMWV no habrá llevado encima suyo al general Patton o a un general de cinco estrellas como Bradley.
El HMMWV va a poder ser utilizado tanto para el transporte de armas y personal sobre terreno difícil como para hacer las veces de ambulancia en caso de necesidad. Su velocidad máxima va a ser de noventa kilómetros por hora.
El doble de caro
Los 114.000 jeeps de que dispone el Pentágono costaron hace cuarenta años al Ejército norteamericano 2.200 millones de dólares. El precio actual de un jeep es de 13.000 dólares (1.300.000 pesetas), y cada HMMWV va a valer. entre 25.000 y 30.000 dólares (3.000.000 de pesetas) .El jeep superó su prueba de fuego en vísperas de la primera guerra mundial, cuando un historiador norteamericano llamado Irving Red Hausmman y un senador de la época consiguieron hacer que el vehículo, en medio de una multitud de curiosos, fotógrafos y periodistas, subiera las escaleras del Capitolio de Washington.
El jeep recibió su nombre de un siniestro personaje, Eugene the Jeep, creado en 1936 por el humórista E.C. Segar, para los dibujos animados de Popeye.
Aunque ha participado en todas las guerras en que se ha visto envuelto Estados Unidos en las últimas cuátro décadas, la época gloriosa del jeep fue la segunda guerra mundial, y su escenario las playas de las islas del Pacífico sur.
Con el jeep como mejor arma, los soldados norteamericanos conquistaron las junglas de los atolones de ese océano y abrieron caminos que resultaron decisivos a la horá de las grandes batallas.
El enemigo intentó copiar el Jeep, y las firmas japonesa y alemana Datsun y Volkswagen intentaron, por órdenes del emperador del imperio nipón y de Adolfo Hitler en persona, copiar el jeep; pero sus esfuerzos resultaron baldíos.
Tres proyectos
Teledyne Incorporated, Chrysler y American Motors Corporation, la compañía credora del jeep, han sido escogidas por el Pentágono para fabricar el nuevo vehículo motorizado de gran movilidad y diversidad de funciones".Una vez que el Ejército vea los modelos salidos de las plantas de esas tres empresas y sus respectivos costes, escogerá el fabricante del nuevo automóvil y le ordenará una remesa que puede llegar hasta las 100.000 unidades.
Cuando Ford, uno de los tres gigantes de Detroit, se hizo cargo, durante el transcurso de la segunda guerra mundial, de la fabricación de los jeeps, de sus factorías llegó a salir un vehículo cada noventa segundos.
El romanticismo no es una de las cualidades del Ejército, y por eso son pocas las voces que se han levantado en favor de conmutar la pena de muerte al pobre jeep una vez dictada sentencia por los es trategas del Pentágono.
Uno de los pocos valientes es el oficial californiano, retirado Robert Luckei, que ha pedido formalmente que, aunque se siga adelante con el plan de desarrollar el HMMWV, no se tiren a la basura los jeeps ni se desguacen sus piezas.
"El jeep", dice Luckel, "sigue siendo un vehículo ágil, resistente, digno de confianza, que abulta poco y útil en combate, y, sobre todo, es una parte importante de nuestra historia".
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