La Embajada libia en Madrid asegura que fue derribado un F-14

La oficina Popular Diplomática (Embajada) de Libia en Madrid informó ayer que las autoridades de Trípoli tienen en su poder los restos del cazabombardero F-14 Tomcat que, según ellos, fue derribado por los aviones libios en el transcurso del incidente aéreo libio-norteamericano del pasado miércoles en el golfo de Sidra.Los diplomáticos, periodistas de la agencia oficial de noticias libia Jana y estudiantes residentes en España, al parecer todos miembros de un nuevo tipo de representación diplomática ideada por Gadafi en septiembre de 1979, expusieron que Trípoli contaba además con la grabación de una conversación sostenida por el piloto norteamericano de un avión de rescate que solicitaba instrucciones a su base naval sobre la búsqueda del piloto del Tomcat que dicen haber derribado los libios y cuyos restos fueron recogidos por buques patrulleros de Libia.

En Washington, el Pentágono desmintió nuevamente ayer que hubiese sido abatido alguno de los reactores norteamericanos. "Todos nuestros pájaros han vuelto al nido", dijo un portavoz del Departamento de Defensa, que se negó a comentar algo más sobre las alegaciones libias.

Por su parte, uno de los pilotos libios derribados declaró a Radio Trípoli, en una emisión captada en París, que antes de ser derribado alcanzó a un F-14 norteamericano con un misil aire-aire y vio cómo se precipitaba al mar. Aseguró haber divisado al menos ocho aparatos norteamericanos, dos de los cuales "nos interceptaron por sorpresa", añadió.

"Estados Unidos ha planificado acabar con el coronel Gadafi", se afirmó,en la conferencia de Prensa, "porque piensa que de ese modo terminará con la resistencia árabe; pero no es así y los árabes recogemos el desafío y seguiremos adelante en defensa de la paz y la libertad".

A pesar de explicar que Libia "defenderá su derecho a la independencia con todos los medios que posee y a cualquier precio", los responsables de la embajada no quisieron hacer precisiones sobre una eventual suspensión de la venta de petróleo libio a EE UU.

Acerca de la posibilidad de que Libia decrete el estado de alerta y la movilización de sus tropas en las próximas horas, un responsable contestó que, dado el sistema de defensa popular existente en su país, la población se lanzó armada a la calle, "espontáneamente".

Grupos de jóvenes deambulaban por los pasillos del edificio con entera libertad; otros asistieron a la conferencia de Prensa. La impresión es que allí manda todo el mundo. Los retratos y fotografías de Gadafi se suceden en las habitaciones, adornadas con citas de la biblia política de Libia, el Libro Verde del líder de Trípoli: "Tomar partido es una traición", u otra como "El sistema de partidos destruye la democracia".

Los representantes libios en España no solamente criticaron a EE UU durante su intervención; también la Prensa española, "sin excepción", fue objeto de alegatos, aunque más velados. Se la acusó de parcial, de no informar convenientemente de los asuntos libios y de estar influida por los criterios norteamericanos. Se llegó a criticar, citándole por su nombre, al director de una publicación madrileña por sus criterios proisraelíes.