"Cumbre" radical sobre Oriente Próximo en Yemen del Sur
La reunión que tiene lugar desde el pasado domingo en Aden entre los líderes de los países de Africa y de Oriente Próximo con posiciones más extremas (Libia, Yemen del Sur y Etiopía) es, para los observadores, la respuesta de los duros a los nuevos intentos de llegar a una solución negociada en el conflicto árabe-israelí. Pero, al mismo tiempo, es la reunión de los tres países que mantienen los lazos más estrechos con la Unión Soviética en un momento en que Estados Unidos quiere acercarse a los países moderados de la región y en que Egipto ofrece bases militares a Washington.La cumbre de Aden, en la cual se deberá firmarse un tratado de amistad, se celebra mientras la situación en Oriente Próximo ha evolucionado de forma tal que se ha podido instaurar un alto el fuego -incluso de forma indirecta- entre Israel y su enemigo tradicional, la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Y viene también a continuación de la proposición formulada por uno de los principales países abastecedores de fondos árabes, Arabia Saudí, de un plan de paz que podría conducir, bajo determinadas conclusiones, al reconocimiento de Israel por parte de los países árabes.
La OLP no ha dado todavía a conocer oficialmente su opinión sobre este plan, pero su líder, Yasir Arafat, ha dicho que constituye un buen comienzo". La cumbre de Aden podría ser interpretada como una ruptura en el frente del rechazo, que agrupa a los países opuestos a todos los países que se niegan á un acuerdo negociado con Israel: Libia, Argelia, Siria, Yemen del Sur y la OLP.
De ellos, los más duros deseaban desde hace tiempo una reunión con la presencia de Etiopía, sobre todo para condenar la política del presidente egipcio, Anuar el Sadat. Pero Argelia, Siria y la OLP la han rechazado, a pesar de los esfuerzos llevados a cabo hasta el último momento. Varios movimientos extremistas del mundo árabe, como el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), de Georges Habbach, están, por el contrario, representados en la reunión.
La Unión Soviética ve con buenos ojos esta cumbre en el momento en que Egipto ofrece bases militares a Estados Unidos. Las posiciones ocupadas por los tres países reunidos en Aden permiten equilibrar y contener en el Oeste y en el Sur un bloque constituido por Egipto y Arabia Saudí en el que la presencia de material militar occidental sería importante.
Hay que esperar, de todas formas, la reacción que sobre la "cumbre" pueda tener Arabia Saudí, país que para el régimen marxista del Yemen del Sur ha sido una espina en el costado.
En un plano estrictamente regional, Etiopía debería sentirse menos aislada en medio de países limítrofes favorables a Occidente. El ministro libio de Asuntos Exteriores, Abdelsalam Triki, señalaba recientemente el peligro que hacía pesar sobre su país la posible alianza entre Sudán y Egipto. El acercamiento que se perfila entre Somalia y Kenia en el flanco sur había acentuado igualmente los temores de los dirigentes de Addis Abeba, que, ya seguros del apoyo soviético, se querían ver garantizados por un sostén más específicamente africano y tercermundista.
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