El Ayuntamiento de Bilbao zanjó el conflicto sobre la construcción de un polideportivo

El pleno extraordinario del Ayuntamiento de Bilbao aprobó ayer adjudicar definitivamente a un arquitecto que comparte su estudio profesional con un concejal nacionalista, también arquitecto de profesión, la construcción de un polideportivo presupuestado en 530 millones de pesetas. El silencio del concejal puesto en cuestión y las razones dadas por el PNV para justificar el recurso al sistema digital hizo que la oposición calificase la decisión municipal de «clara muestra de nepotismo».Dos temas estaban en cuestión: si existía un problema de incompatibilidad, dada la relación existente entre el arquitecto adjudicatario de la obra, Jesús Echániz y el teniente de alcalde Xabier Ortega, y en base a qué argumentos se había decidido suprimir la convocatoria de un concurso y se había optado por la adjudicación directa.

El concejal de UCD José María Domingo intentó zanjar la primera cuestión asegurando que le había preguntado por el tema a Ortega, y éste le había respondido que no tenía relación alguna con Echániz. «Y yo no tengo por qué dudar de la palabra de mi compañero» concluyó Domingo. El socialista Pedro López Merino no se dio por satisfecho y planteó a Xabier Ortega tres preguntas: si después de las elecciones municipales había seguido compartiendo el estudio con Echániz; si en ese mismo período había firmado proyectos conjuntamente con aquél, y si había colaborado en la elaboración del proyecto de polideportivo presentado por Echániz. Ortega, por dos veces, se negó a contestar a esas preguntas y se remitió a un escrito del Colegio de Arquitectos en el que se dice que dicha institución «no tiene previsto ningún tipo de incompatibilidad para este supuesto». Este dictamen contradecía otro anterior de la asesoría jurídica del Ayuntamiento, que había hecho constar la «imposibilidad legal de que tanto el alcalde como los miembros de la Corporación o empresas de que aquéllos formen parte puedan llegar a participar en la licitación o formalización de contrato alguno con la Corporación municipal».

La adjudicación sin concurso previo fue justificada por la urgencia de dotar a «tres barrios de Bilbao en los que habita un tercio de los vecinos de Bilbao, de un recinto deportivo y recreativo digno». Este argumento había servido ya para que la comisión de contratación diese luz verde al procedimiento de contratación directa, con el voto en contra del socialista José Luis Ibáñez. Sin embargo, dicho procedimiento exige, según recordó el secretario, «la consulta previa de al menos tres proyectos, si ello fuera posible». La misma ley establece como excepción a esta última norma la de «aquel tipo de adjudicaciones que requieran un alto índice de especialización».

Esta excepción fue la «tomada en cuenta por la permanente». La oposición consideró inaudita esa explicación, puesto que tal especialización «se refiere a realizaciones que, por ejemplo, sólo pueda asumir una empresa en todo el país, y nunca a un polideportivo, que, según el dictamen del Colegio de Arquitectos, puede realizar cualquier profesional».