El entierro de Torrijos marca la continuidad política en Panamá
"El torrijismo seguirá inspirando la acción de Gobierno", dijo ayer Arístides Royo, presidente de Panamá, al pie del panteón que desde las tres de la tarde guarda los restos mortales de Omar Torrijos, ascendido a título póstumo a general de división. El nuevo comandante de la Guardia Nacional, coronel Florencio Flórez, añadió que continuará la labor emprendida por su predecesor.Mientras el pueblo panameño guardaba un día de luto, más sentido que oficial, la oposición empezaba ya a disputarse el futuro político del país ante un desmoronamiento del régimen, que considera inevitable. Las reuniones de políticos opositores. se iniciaron el mismo sábado, apenas unas horas después del accidente aéreo que costó la vida al general Torrijos, pero hasta ayer había mantenido un silencio respetuoso hacia la figura del político desaparecido.
Apenas inhumado el líder de actual régimen panameño, que puede calificarse como una autocracia en vías de liberalización, los partidos opositores reclaman, todavía en voz baja, una asamblea constituyente que normalice el país.
Ninguno de los dirigentes de la oposición fue visto ayer en el funeral, que congregó a más de 100.000 panameños en torno a la catedral, en el recorrido del desfile fúnebre y en el cementerio. Dos enormes retratos de Torrijos y el Che Guevara habían sido instalados en la plaza de la catedral, junto a una frase del general desaparecido: "Si caigo, tomen la bandera, bésenla y sigan adelante".
Miles de compatriotas habíar, desfilado ininterrumpidamente durante las veinticuatro horas previas al funeral por delante del féretro, cubierto por una bandera panameña, y, sobre ella, con gorro militar, un cinturón con su cartera y una cantimplora de campaña.
El arzobispo de Panamá, Marcos Gregorio MeGrath, presidió la celebración religiosa y dijo del desaparecido líder que era "hurnano y comprensivo, promotor de la convivencia fraterna en lugar de la violencia que desgarra."
El presidente Arístides Royo, el Gobierno en 'pleno y el nuevo comandante de la Guardia Nacional constituyeron la representación oficial. Su viuda, Raquel, encabezó el due lo familiar jurito a sus hijos. Representaciones de veinte países ocupaban los primeros bancos: el presidente de Costa Rica, el vicepresidente de Cuba, tres miembros del Gobierno nicaragüense, el presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor de Estados Unidos, el primer ministro de Belice y varios ex presidentes, entre ellos Adolfo Suárez.
Leónidas Breznev envió un telegrama en el que califica a Torrijos como "destacado estadista y político". La Embajada norteamericana en Panamá calificaba, por su parte, de absurda la teoría difundida por una emisora soviética, según la cual el accidente que costó la vida al político panameño había sido obra de la CIA.
Muy cerca del cuartel gneral de la Guardia Nacional, y a pocos metros de la línea divisoria del canal, territorio cuya soberanía recuperó Torrijos, se pronurciaron los discursos de despedida. Arístides Royo y Florencio Flórez hicieron una profesión de terrorista y, anunciaron que su filosofía política seguirá inspirando el proceso panameño. El comandante de la Guardia Nacional bebió un trago de agua de la cantimplora de su antecesor, para afirmar uego que eso le permitiría continuar su obra.
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