Bonet Correa: "El surrealismo fue una secta, una Iglesia"
El catedrático de Historia del Arte y vicerrector de la Universidad Complutense deMadrid, Antonio Bonet Correa, considera que el surrealismo, más que un movimiento de vanguardia, fue una revolución social y moral con muy importantes. implicacíones políticas. Bonet Correa, que inauguró anteayer un curso sobre El arte surrealista, en la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo, de Santander, dijo también que aquellos hombres fueron más un movimiento que un grupo, y sobre todo una secta, una Iglesia.Recordó la frase de Bretón «El surrealismo nada tiene que ver con la literatura, sino con la exploración científica del ser humano», como válida para la pretensión de los surrealistas de crear una crisis de conciencia y cambiar el curso de la historia, pero no como finalidad creadora, ya que el grupo también produjo literatura, pintura, escultura, objetos (música no), aunque fuese para «llegar al colmo de las cosas». En el «soltarse el pelo y estar contra el buen gusto», en su concepto de «la falsedad del realismo buscando la faz oculta de las cosas, el revés de la imagen».
Este arte de época de crisis, de épocas inciertas que, como dijo Maurice Nadeau, volvía al espíritu occidental contra sí mismo, autodestruyéndose, tiene, en opinión de Antonio Bonet, un balance positivo, porque «los surrealistas han hecho arte, han descubierto una nueva sensibilidad, han ensanchado el panorama artístico». «Cubismo y surrealismo son los dos polos del arte contemporáneo», dijo. Concretándose al segundo de los movimientos destacó que había «fecundado toda una serie de movimientos posteriores», siendo esencial para nuestra época porque «fue una exaltación del yo», que hace que el arte no sea sólo lo que tradicionalmente se entiende por obra de arte con un soporte material, sino que exista un arte efímero, una fiesta, algo instantáneo y fugaz.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.