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El bar Metropolitano, a punto de derribo para dejar paso a una "Pizzeria"

El bar Metropolitano, un local que ha sido testigo de múltiples avatares durante los últimos sesenta años de historia de Madrid, puede sucumbir en breve a la piqueta y se convertirá, al parecer, en una pizzeria, restaurante de hamburguesas o un centro de máquinas electrónicas para el juego, según diversas versiones. El bar Metropolitano se inauguró en 1919, el mismo año que el metro, y se encuentra vallado en la calle Bravo Murillo, cerca de la glorieta de Cuatro Caminos. Entre los hechos históricos que se sitúan en él se incluyen actos del segundo congreso de la CNT, en el mes de diciembre de ese mismo año.Puestos al habla con el organismo municipal correspondiente, se ha informado a este diario que en la última reunión celebrada por la comisión de seguimiento del Plan Especial, celebrada el lunes pasado, se denegó expresamente la licencia de obras, contando con que está vigente una suspensión de licencias para esta zona de la capital. Por otra parte, la Gerencia se ha propuesto realizar una investigación sobre la demolición del local, clasificado como de interés histórico en el precatálogo elaborado en 1977. En esta relación se incluyeron aquellos edificios o lugares especialmente significativos para la historia- madrileña.

Al entrar en vigor el Plan Especial, en octubre de 1980, no volvió a incluirse el bar Metropolitano, ya que tan sólo se consideró de interés los edificios. Según se ha manifestado a este diario en la Gerencia Municipal de Urbanismo, el derribo del bar Metropolitano indicaría la necesidad de una reconsideración de las actuales medidas destinadas a la conservación de lugares con especial significación histórica, que en el caso del Metropolitano podría significar la obligatoriedad de su reconstrucción.

Puestos al habla con el domicilio de los antiguos propietarios, un familiar de estos se negó a comentar la circunstancia de que el bar se encontrase ahora cercado por una valla de ladrillos y se limitó a decir que no estaba autorizado por la familia para afirmar o negar que hubieran comenzado ya las obras de derribo en su interior.

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