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La visita de los príncipes de Gales a Gibraltar, motivo de exaltación británica

La visita a Gibraltar de los príncipes de Gales, Carlos y Diana, prevista para mañana, sábado, se ha convertido en un motivo de exaltación británica y gibraltareña por parte de la población. de la Roca, que ha organizado, la manifestación más importante de los últimos años. Casi similar a la que festejó en 1967 el referéndum en favor del Reino Unido y en contra de España que tan duramente fue criticado por las autoridades españolas y por la propia Organización de las Naciones Unidas.

La noticia de la suspensión de la manifestación ante la verja que los partidos del pueblo de La Línea y del Campo de Gibraltar habían convocado en un principio ha tenido un doble efecto en la población gibraltareña. La gran mayoría se declara satisfecha por el hecho de que el contencioso hispano-británico sobre la escala real de los príncipes no provoque enfrentamientos en la población de uno y otro lado de la frontera, en la que habitan muchas familias divididas.Sin embargo, los gibraltareños más radicales, que han encontrado con esta oportunidad un momento favorable para la afirmación de sus tesis, parece que hubieran preferido la manifestación y reacciones contrarías desde la Roca, criticando, una vez más, la política del Gobierno español.

En todo caso, parece lógico que este incidente va a provocar efectos retardatorios en la aplicación del acuerdo de Lisboa hispano-británico, al menos durante algún tiempo. Aunque la gran mayoría de los partidos sostenía este acuerdo para conseguir la apertura de la verja fronteriza, hoy por hoy, y a la vista de los acontecimientos, todo parece indicar que no hay muchas prisas por abrir la frontera, a pesar de que el turismo que visita la Roca es muy escaso y que los trabajadores que viven del comercio y del turismo sufren hoy las consecuencias.

Preparativos para el festejo

De todas maneras, lo que sí está claro es que la escala real ha provocado toda una revolución en la vida social y laboral de esta pequeña península. Debido a un fallo en las conexiones -con la televisión británica, los 25.000 gribraltareños siguieron parte de la ceremonía nupcial a través de Radiotelevión Española. Solamente ayer se vendieron por la mañana más de 5.000 banderas británicas en una sola tienda. Las calles y plazas de la ciudad están totalmente enmascaradas con los tres colores de la Union Jack -rojo, blanco yazul-, y las fotografías de los príncipes de Gales aparecen en paredes, escaparates y edificios oficiales, en una verbena improvisada que Gibraltar, desde luego, no se esperaba, apesar de que las primeras ñoticias de la posible escala se recibieron en el Peñón hace ahora casi un mes, aunque con carácter muy privado.

Se calcula que unas 20.000 personas (la casi totalidad de los habitantes, menos unos 7.000 que se encuentran fuera de vacaciones) asistirán al recorrido real, que se iniciará a las cinco de la tarde en el aeropuerto del istmo. Desde allí, los príncipes se desplazarán por la calle Real de la ciudad hasta el yate Britannia, que estará atracado en el muelle de honor junto al torreón gibraltareño. La visita durará en total cien minutos exactos.

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