Tony Bill, productor de "Taxi driver", presenta en España "El guardaespaldas"
Los pies de Tony Bill son el objeto más decorativo de la suite del hotel madrileño que ocupa estos dias mientras presenta su última película, El guardaespaldas (My Bodyguard), que se estrenará en España a finales de agosto. Perfectamente formados, cuidados y gruñidos, los apoya encima de la mesa con la misma delicadeza que se tratara de un par de manos desnudas.
Es lacónico y cerrado este californiano de San Diego, productor de aquella gran película que es Taxi driver, que, además de ser dueño de un par de pies platónicos y de un físico que armoniza con ellos, es uno de los cineastas más prestigiosos del cine americano, dentro del cual se sitúa como un fenómeno aislado. «No estoy vinculado a ninguna generación, grupo o tendencia», afirma.Su trabajo como actor en Gallardo y calavera, Shampoo y varias series de televisión y la producción de El golpe -siete oscars en 1974- son las primeras incursiones de Tony Bill en el mundo del cine, que se llevan rápidamente a su primer gran éxito con Taxi driver, Palma de Oro en el Festival de Cannes 1976. El guardaespaldas, la segunda película dirigida por él que viene a España, ha sido vista por cuarenta millones de personas en Estados Unidos y ha tenido una excelente acogida en los cuatro festivales internacionales que ha recorrido: Sevilla, Belgrado, Moscú y Taornina (Italia).
«My bobyguard se rodó a lo largo de 1980, íntegramente en la ciudad de Chicago», explica Tony Bill. «Trabajé con actores no profesionales, muchachos de doce a catorce años que seleccioné personalmente entre unos trescientos durante casi tres meses. Dirigirlos resultó bastante difícil. Algunos mostraban demasiada energía y a otros les faltaba».
El guardaespaldas se adentra en la descripción del mundo juvenil «de un modo realista y crudo, sin idealizaciones fantásticas», según su director. El argumento es la historia de un niño bien, hijo de papá, que ingresa en una escuela pública, donde la pandilla dominante le hace la vida imposible. El muchacho busca la protección del tipo más fuerte de la clase, al que quiere contratar como guardaespaldas, y surge así una relación que cristaliza en franca amistad.
El tema de la violencia aparece de nuevo. Pero el autor de Taxi driver, que afirma haber hecho en esta película un estudio de la violencia, «aunque ésta sólo se plasma en dos o tres momentos de la acción», asegura que no le interesa el cine que sólo consiste en eso. «La clase de violencia que no me gusta es la que parece ridícula y hace reir», comenta con su laconismo peculiar.
A favor de las ballenas
El próximo proyecto de Tony Bill, en el que empezará a trabajar el año próximo, es una película basada en un hecho real: las peripecias de un joven defensor de las ballenas que se enfrenta a los barcos furtivos -rusos y japoneses, la mayoría de ellos, que se dedican a su caza y exterminio.«La supervivencia de las ballenas es algo que me preocupa personalmente», dice Tony Bill, que es un gran aficionado a los deportes náuticos. «Los grupos ecologistas suelen ser inoperantes, no consiguen ningún resultado práctico para evitar este desastre».
Sobre el cine español, el director californiano no se pronuncia, «pues no he visto casi películas españolas», aunque conoce personalmente a Buñuel, a Alcoriza, a Pilar Miró, a quien encontró recientemente en el Festival Internacional de Cine de Moscú.
Tony Bill ha presentado ya El guardaespaldas en Suráfrica, Japón, Australia y el Reino Unido antes de hacerlo en Madrid, donde tendrá lugar el primer estreno continental. Posteriormente se estrenará en Francia e Italia.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.