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La nueva crisis de Oriente Próximo

Washington teme por el futuro de sus intereses estratégicos

Estados Unidos teme que la radicalización de Israel, con repetidos ataques a Líbano, ponga en peligro los intereses estratégicos globales de Washington. Miembros de la Administración Reagan han advertido seriamente al Gobierno de Menájem Beguin, solicitándole alto el fuego inmediato. Sin embargo, los observadores no creen que la Administración estadounidense varíe su postura hacia Tel Aviv, basada en el principio de considerar a Israel como un "aliado estratégico", según repitió, en varias ocasiones, el propio presidente Ronald Reagan.Hasta el momento, las quejas más firmes de EE UU hacia Israel vienen del secretario de Defensa, Caspar Weinberger, quién acusó, en una entrevista televisada, al Gobierno de Beguin de boicotear los esfuerzos de paz que actualmente realiza en la zona el enviado especial del presidente Reagan, el embajador Philip Habib.

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Weinberger pidió moderación a Beguin, mostrando, por vez primera en términos firmes, la inquietud y temor de Washington de que la radicalización de Israel provoque una escalada de violencia en Oriente Próximo. En términos parecidos se pronunció también William Clark, subsecretario de Estado, quien moderó las advertencias, asegurando que "de todas formas, la política de EE UU hacia Israel no ha cambiado ni es objeto de eventuales variaciones".

El lenguaje diplomático de Clark encontró su confirmación en el propio presidente Reagan, al evitar en todo momento pronunciar palabras duras contra Beguin. "Deseo el fin de la violencia por ambas partes", dijo Reagan, recordando que la ofensiva de Israel tuvo como inicio el ataque palestino contra la población civil israelí.

Embargo limitado

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Por el momento, Washington se limita a un "embargo limitado" de diez aviones cazabombarderos del modelo F-16, adquiridos por Israel. Es la política minimalista para eludir argumentos suplementarios a una réplica coordenada de los países árabes, entre cuyos líderes más antinorteamericanos se elevan voces en pro de un embargo de petróleo contra EE UU.

Los comentaristas de la Prensa estadounidense no dejan de recordar que Washington también embargó el envío de cuatro aviones F-16 a Israel, cuando el ataque judío a la central nuclear iraquí. Justo cinco días después del bombardeo que destruyó el reactor, Washington levantó el embargo, suministrando los aviones a Israel.

Desde el punto de vista político, el influyente diario The Wall Street Journal se interroga hasta qué punto la Administración Reagan no es prisionera de las iniciativas de Beguin, en unas operaciones destinadas a pulsar hasta dónde llega la capacidad de apoyo incondicional estadounidense a Israel. Tampoco se auguran buenas perspectivas para la continuidad de los acuerdos de Camp David, firmados entre Israel y Egipto, bajo el patrocinio de Estados Unidos, cuya próxima fase debía abrir negociaciones para solucionar el problema del pueblo palestino.

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