La reforma fiscal fracasará por no preparar adecuadamente a los inspectores, según Fabián Estapé
El catedrático de Política Económica de la Universidad de Barcelona Fabián Estapé criticó ayer duramente la reforma fiscal, de la que dijo que «es pura chapucería», por no haber preparado «adecuadamente un cuerpo de inspectores» que la llevase a término.
El profesor Estapé, que dictó una conferencia en el curso «Situación y perspectivas de la política económica española», dirigido por Angel Viñas en la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo, de Santander, dijo que esta reforma fiscal, «en un país con servicios públicos como Marruecos, corre el riesgo de precipitación y salida de cauce», al haberse hecho precipitadamente «por el desmesurado interés de UCD por homologarse como partido progresista europeo».Fabián Estapé mostró también su disconformidad ante la «desenfrenada carrera hacia los impuestos directos, como si algunos de los indirectos no fueran progresistas». Sin embargo, estuvo de acuerdo con las medidas tomadas frente al segundo impacto de la crisis energética, con la puesta en marcha, «aunque con retraso», del ANE, y con la decisión de reducir, punto por punto, la dependencia del petróleo, poniendo especial énfasis en la propuesta de reducir inmediatamente la inflación del 15 % al 9 %, a base de rebajar drásticamente el gasto público, «lo que no afectará negativamente al nivel de precios». «El principal responsable de la inflación es el Estado», añadió, advirtiendo sobre la necesidad de reestablecer una disciplina de trabajo que produzca un incremento sustancial de la productividad, «sin destajo, pero en clima de destajo».
Sobre la crisis económica iniciada a nivel mundial en 1973 y que, en el caso de España coincide con la crisis del régimen de Franco, tras el asesinato de Carrero Blanco, el profesor Fabián Estapé advirtió que, «aunque el país ha sorteado mejor esa crisis de lo que un hombre inteligente podía prever entonces», es indispensable ahora dedicar muchos más esfuerzos a la economía, «toda vez que la crisis de régimen ha sido superada», con la matización de que tal afirmación la hacía en julio y no en febrero.
Después de calificar este septenio como el de «el apresuramiento económico», y de afirmar que en ese tiempo «las indicaciones económicas eran tomadas por los ministerios políticos con cierto escepticismo», Fabián Estapé dijo que desconocíamos la magnitud de la crisis energética como consecuencia de la falta de estudios fiables, lo que explica que, mientras los países de la OCDE reducían el consumo de petróleo en 1974, «en España alegremente lo aumentábamos un 6% sobre el año anterior».
Esa «irracionalidad de la economía» se iba a mantener incluso en 1977 cuando, según Estapé, «las peticiones de racionalidad eran mal vistas, porque se pensaba que primero había que consolidar la democracia y luego ya se hablaría de economía». En ese sentido, criticó los pactos de la Moncloa, que «supusieron un gran esfuerzo político, pero, desde el punto estrictamente económico, fueron criticables», aunque con ellos «todos aprendimos un poco de democracia».
Enrique Moya: flexibilidad de plantillas
«Sin flexibilidad de plantillas no habrá reconversión», ha declarado el secretario general del Círculo de Empresarios, en el curso de su conferencia sobre las acciones de reconversión industrial desde una perspectiva empresarial, pronunciada también en la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo. Enrique Moya ha declarado que la necesidad de reconversión industrial viene dada por el reducido grado de adaptabilidad de la economía española, como resultado del modelo de desarrollo industrial de los años sesenta, y que la política económica ha sido, hasta ahora, incapaz de sentar las bases que permitan un proceso sostenido de expansión industrial, lo que ha traído como resultado el actual estancamiento económico.
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