Polifonía renacentista y del siglo XX en la Semana Musical de Segovia

El pasado lunes comenzó la duodécima edición de la Semana de Cámara en Segovia, que organizan diversas entidades segovianas con el patrocinio de la Dirección General de Música y Teatro. El concierto inaugural, desarrollado en el patio de armas del alcázar en una noche espléndida, estuvo protagonizado por el grupo coral catalán Música Ficta, formado por diez voces jóvenes muy bien conjuntadas y con notable sentido camerístico en su modo de hacer música.Josep Prats -una de las voces graves- actúa también como director.

El programa se dividía en dos partes bien contrastadas: polifonía renacentista (Arcadelt, Marenzio, Gabrieli, Monteverdi, Bennet, Byrd, Farmer y Toinkins) en la primera; y polifonía de nuestro siglo (Poulenc y Britten) en la segunda.

Dentro de un nivel siempre plausible tuvieron mejor traducción las piezas clásicas de expresión risueña -como ese maravilloso himno a la música que es Cantiam, cantiam, de G. Gabrieli- que la gravedad contenida en ¡Ah! dolente partita, de Monteverdi, página que quizá quedara algo corta de expresividad dramática. Las versiones ofrecidas de tres de las Siete canciones que Poulenc compusiera en 1937, y de las cinco Flowers Songs, de Britten, fueron excelentes y estuvieron ilustradas por los intérpretes con breves comentarios acerca de los textos..., textos que no se incluyen en el programa de mano: merecería la pena cuidar este detalle para futuras semanas en las que se dé cabida a la música vocal.

Asistió mucho público, que, con su aplauso, hizo prolongar la actuación de Música Ficta con dos páginas españolas de Vázquez y Taltabull, respectivamente. Fue un feliz inicio de la serie de conciertos que -culminarán el sábado y domingo con dos actuaciones de la Camerata de Munich. Antes, los segovianos y sus visitantes habrán podido disfrutar de las actuaciones de la pianista Fabienne Jacquinot, el duo de violines Kotliarskaya Comesaña, el Cuarteto Renacimiento y el organista José Manuel Azcue, siempre en los bellísimos marcos del alcázar y la catedral de la ciudad castellana.