Un gran incendio destruyó ayer totalmente una fábrica de pinturas en Torrejón de Ardoz (Madrid)
Un espectacular incendio, que alcanzó grandes proporciones, destruyó completamente en la tarde de ayer la industria Pinturas Valentine, al tiempo que dañaba gravemente otras dos empresas situadas a cada flanco de la primera, Vinícola Industrial Cooperativa, dedicada a almacén de diversos alcoholes, y Constructora de Viviendas, SA, en la que se almacenaban a su vez grandes cantidades de planchas de madera. El suceso ocurrió en el polígono industrial de Torrejón de Ardoz (Madrid).Una cuarta empresa, Domat (carpintería y serigrafía), situada en las proximidades, resultó también afectada por el incendio, aunque en menor grado que las anteriores. Dada la combustibilidad de los productos de las tres fábricas más dañadas, el fuego alcanzó grandes proporciones. Comenzó aproximadamente a las 17.30 horas de ayer, y fue necesario el trabajo continuo de once coches de bomberos para atajarlo, aunque a la hora de cerrar esta edición aún no estaba completamente extinguido, pero se esperaba lograr su total extinción a primeras horas de la madrugada.
No ha habido que lamentar desgracias personales, pero los perjuicios económicos son cuan tiosos. Un directivo de Vinícola Industrial Cooperativa declaró que sus pérdidas se podían cifrar en varias decenas de millones de pesetas. Un segundo directivo de Pinturas Valentine, que observaba los trabajos de extinción visible mente preocupado y nervioso, prefirió no hacer ningún comentario. Las llamas y la densa humareda consiguiente dificultaron la labor de los bomberos, que tuvieron que entrar en las empresas siniestradas protegidos por caretas.
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Aún no se conocen los motivos del incendio de Torrejón
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Se desconocen hasta el momento las causas que originaron el incendio. Se sabe que éste comenzó en Pinturas Valentine y que en pocos momentos alcanzó un fuerte auge. El techo de la nave se desplomó y dificultó aún más la labor de los bomberos. Un directivo de la empresa Vinícola Industrial Cooperativa declaró a EL PAIS que aproximadamente a las 20.30 horas el fuego no se había propagado todavía a su empresa., pero que en el interior se notaba va una fuerte concentración de color y los bomberos no tuvieron tiempo de refrescar las paredes con agua antes de que las cajas de cartón. que contenían miles de botellas de diversos licores, comenzaran a arder.
Río de coñá
Las botellas estallaron o se rompieron al caer al suelo, hasta el punto que el líquido, mezcla de coñá, quina y otros licores. salía por la puerta de la nave y originaba un pequeño riachuelo que discurría por la calle en Pendiente. Las naves están adosadas unas a otras, formando el frente de la calle Cañada, en el extremo más alejado del polígono industrial y limitando ya con el campo. La proximidad entre todas ellas, separadas por paredes comunes, facilitó la propagación del fuego de la nave de pinturas a las otras dos laterales.
A las 21.30 horas el jefe de bomberos del Ayuntamiento subió a una -rúa articulada de unos cuarenta metros de altura y, pasando con ella por encima de la techumbre derrumbada de la empresa de pinturas, comprobó personalmente los puntos en que subsistían focos peligrosos. La enorme cantidad de agua que tuvo que utilizarse hizo que los coches cisternas consumieran sus existencias rápidamente, por lo que se vieron obligados a hacer viajes para repostar incesantemente. No había cerca ninguna boca de toma de agua. Un bombero, con la cara ennegrecida por el humo, comentaba que en los intervalos de tiempo en que se esperaba la llegada de otro coche cisterna el fuego volvía a reavivarse, aunque paulatinamente iba perdiendo potencia.
Directivos de todas las empresas afectadas miraban con consternación lo sucedido y hacían mentalmente los primeros cálculos sobre los perjuicios ocasionadas. Uno de ellos, identificado como el encargado de Pinturas Valentine, preguntado sobre las posibles causas del incendio, el coste aproximado de las pérdidas y si la mercancía estaba asegurada, sólo contestó que no quería hacer ningún comentario por el momento.
La zona de seguridad estaba protegida por fuerzas de la Policía Nacional y Municipal, que impedían a los curiosos acercarse demasiado.
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