"El galardón me ha dejado estupefacto"
Cuarenta y cinco años después de escribir su primer verso y diecisiete tras la publicación de su último libro, el poeta santanderino José Hierro veía ayer reconocida su obra con un premio que le ha dejado, según sus propias palabras, «estupefacto». Hecho un manojo de nervios, repetía una y otra vez ayer en Bilbao, adonde había llegado para realizar unas gestiones relacionadas con el museo de esta capital, «no quiero saber ni quiénes eran los otros candidatos al premio». Sin «soberbia, al revés», tengo que decir que me da vergüenza; que me siento como si usurpara un premio tan importante a gente que lo merece mucho más que yo».Y luego, a modo de ejemplo, citaba los nombres de Guillén, Aleixandre, Alberti, Celaya o Bousoño, como merecedores más apropiados del galardón, «y que conste», apostillaba, "que no quiero dejar por tontos o ciegos a los miembros del jurado».
Trabajo en Radio Nacional
Desde que en los estudios de Radio Nacional de España, donde preparaba uno de los programas culturales que realiza para Radio Tres, le anunció un técnico de control que había logrado el premio, José Hierro no ha tenido un momento de calma para pensar lo que supone el mismo. Al referirse a los motivos por los que se le ha galardonado, acepta ser un escritor honesto y digno -«creo que lo he sido siempre»- y el haber sido un hombre representativo -«aunque creo que no el que más de los poetas de posguerras»-. «Creo que sí he sido representativo del momento de la posguerra y, aunque no de forma buscada, mi poesía ha sido testimonio de lo que ocurría». Reconoce que la guerra civil fue decisiva para convertirle en escritor de poesía. «Aunque estudiaba para perito, ya llevaba dentro el sueño de ser poeta, y de hecho, desde los catorce años, escribía poesías, influenciado por Gerardo Diego -para mí el más completo- y la generación del 27, excepto Lorca».
"Escribo para entenderme"
Al referirse al «valor lírico de su obra», una de las razones por las que el juzgado le ha premiado, José Hierro afirma: «Para algunos, mi poesía era demasiado lírica para ser social, y demasiado social para ser lírica. Nunca me preocupé de hacer poesía social. El poeta habla de lo que le preocupa, para entenderse y objetivar lo que le rodea. Yo no he escrito para el pueblo, sino para entenderme yo. Yo he contado mi emoción y dí testimonio de mí».Utilizando el prólogo de uno de sus libros, a la hora de definirse, José Hierro afirma que es un peso pesado con pegada de peso gallo. «Yo me he visto siempre con la contextura suficiente para entender los problemas de mi tiempo, y mi poesía creo está dentro de una manera de entender mi tiempo, sin embargo, soy limitado porque no he sido capaz de dar esa intensidad, la totalidad, que requiere la poesía. Las buenas aptitudes e intenciones no son a veces suficientes. »
Babelia
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