Un auto de Calderón inauguró el Festival de Teatro Clásico de Mérida

La inauguración del Festival de Teatro Clásico en el teatro romano de Mérida se celebró el pasado domingo con un concierto de la Orquesta Bética Filarmónica de Sevilla, dirigida por José Izquierdo, con un programa de obras de Beethoven, Turina, Bártok, Brahms y Falla y con asistencia de poco público.

La verdadera subida de telón se produjo la noche del miércoles con la representación de La cena del rey Baltasar, de Calderón de la Barca, montada por José Tamayo, con la grandiosidad habitual de sus montajes al aire libre o en grandes espacios.Los ingredientes que se ponían a contribución del montaje -con actores como José María Rodero, Juan Ribó, Marisa de Leza, Amparo Pamplona y Charo Soriano, por citar algunos del amplio reparto- podrían hacer pensar en un grandioso éxito de público. Parece, sin embargo, que los precios de las localidades, de 150 a 600 pesetas, la poca publicidad que se ha hecho de las representaciones, quizá el decaimiento del verso como forma de expresión en los escenarios, han podido más que la grandiosidad del espectáculo. Otro factor determinante ha podido ser que la representación inaugural fuera un martes.

Los organizadores dicen en este sentido que para el fin de semana se esperan llenos absolutos en vista de la fuerte demanda de entradas que están recibiendo. Hay que decir que, pese a los fallos iniciales de la megafonía, la representación del auto de Calderón constituyó un rotundo éxito por el perfecto montaje, en el que se ha aprovechado al máximo las posibilidades del escenario, los juegos de luces y los actores, calidad que nadie pone en duda. El coro, la Agrupación Lírica de Madrid -con música de Falla, Parada y Moreno Buendía- y el ballet clásico hicieron el resto, dando al espectáculo la dimensión adecuada.

La cena del rey Baltasar continuará representándose hasta el día 9 de julio. Más tarde, del 17 al 26, ocupará la programación Fedra, de Séneca, en versión del extremeño Manuel Martínez Mediero, con dirección escénica de Antonio Corencia.