Argelia pide la retirada de tropas marroquíes antes de la consulta

Pasado el primer impacto causado por la propuesta del rey Hassan II de Marruecos, en torno a un referéndum sobre la autodeterminación de los saharauis, han vuelto a salir a la superficie las diferencias de matiz que separan las posiciones de los principales implicados y las dificultades que entraña la puesta en práctica del plan, aceptado por Argelia y aprobado por los jefes de Estado africanos en Nairobi.A través de una declaración de su secretario general adjunto, el Polisarlo manifestó ayer su implícito rechazo a la propuesta marroquí, en la formulación hecha por el rey Hassan II, que estima "ambigua y confusa". El presidente argelino, Chadli Bendjedid, ha reiterado, por su parte, que antes de proceder al referéndum deben retirarse del territorio de la antigua colonia española los efectivos armados marroquíes.

Una sustancial diferencia de apreciación trasciende entre el discurso pronunciado en la cumbre de la Organización para la Unidad Africana (OUA) por el presidente argelino y la declaración del secretario general adjunto del Polisario, Bachir Mustafá Saved, aunque en el fondo nada parece separarlos. El frente saharaui ¡lo se pronuncia contra el referéndum, pero a la luz de la declaración citada se destaca su oposición teórica y sus resquemores.

El frente saharaui insiste en que la "única prueba de confianza" de Marruecos sería que éste aceptara las recomendaciones de las Naciones Unidas: evacuación de tropas, referéndum en torno a la independencia y negociaciones directas con el Polisario.

En Argel, fuentes autorizadas consultadas por este periódico han calificado de "abusiva" una interpretación del discurso del presidente Chadli, en el sentido de abandonar al Polisario o llevarlo a un callejón sin salida. Según estas fuentes, si Argelia ha insistido en que el conflicto es muy costoso para su economía y ha durado excesivamente, ello no significa que se acepte a Ojos cerrados un referéndum manipulado por una de las partes implicadas en la guerra.

Las condiciones que pone Argelia para sostener hasta sus últimas consecuencias la consulta electoral en el Sahara occidental son: que ésta tenga lugar bajo un estricto control de fuerzas neutrales al conflicto, que se acepte el principio de "un hombre, un voto" y no el viejo censo español de 1974, que cifraba en 73.000 los saharauis, y que la administración y las fuerzas militares marroquíes sean retiradas.

La referencia hecha por Hassan II a los "derechos históricos" de Marruecos mitiga un tanto el asombro y la sorpresa causados en Argel por lo que, a primera vista, aparece como un consenso teórico argelino-marroquí. Sin embargo, resulta inevitable negar un hecho que es la evidencia misma: Argel y Rabat han iniciado el camino de su definitiva reconciliación.