El festival de Santander cambia de rumbo
Más de 50 conciertos y representaciones de teatro y ballet
Un concepto domina el Festival de Santander, cuya 30ª edición se iniciará el día 23 de julio: la extensión en todas direcciones. El repertorio, la multiplicación de lugares, los géneros se amplían cada año tal y como fue expuesto en la conferencia de Prensa celebrada anteayer en «La Caixa», por el alcalde Juan Hormaechea y el director del festival, José Luis Ocejo.
Teatro, cine, conciertos, representaciones operisticas, días corales, actividades universitarias, curso de interpretación pianística, ballet, poesía, espectáculos infantiles, homenajes a grandes figuras de la cultura cántabra, se sucederán, hasta el 29 de agosto, a lo largo de más de cincuenta programas.
Cine musical y coreográfico.
Entre el 23 y 30 de julio se proyectarán veintidós filmes: desde El pájaro azul hasta Don Giovanni; desde Los Tarantos a Bodas de sangre. Y como revisión del pasado, Morena Clara, Nobleza baturra, María de la O y La verbena de la Paloma.Diversos actos de homenaje a quienes, estuvieron ligados al festival o desarrollaron una larga labor en pro de la cultura montañesa, adoptan diversas formas: misa por Manuel Valcárcel, cena-homenaje a los anteriores directores del festival, música popular en recuerdo de Matilde de la Torre y el padre Otaño, con intervención de una decena de corales santanderinas.
Homenajes
He aquí dos capítulos que fueron básicos en los primeros tiempos del festival y que luego, por diversas razones, cedieron su puesto a las manifestaciones musicales. La presente edición recupera la presencia del teatro con obras de Calderón de la Barca (Las cenas del rey Baltasar y El galán fantasma) en su tricentenario, de Lope de Vega-Alberti (El despertar a quién duerme), Medea, con Núria Espert, Quevedo y Juan del Encina en montajes dirigidos por García de Dueñas, representaciones de «mimo» en la calle y una jornada infantil como homenaje a Charles Rivel.Los ballets de Víctor Ullate (Ballet Clásico Nacional), Antonio (Ballet Nacional Español) y Ballet de Escocia abordan las distintas dimensiones de la danza. desde La Sílfide, a Maurice Bejart, desde la Rapsodia sinfónica, de Turina, y El amor brujo, de Falla, a Retrato de mujer, de Cristóbal Halffter, desde El pájaro de fuego a la Fantasía galaica, de Ernesto Halffter.
Teatro y ballet
La Orquesta Nacional, dirigida por López Cobos, la English Chamber y Coro Filarmonía (George Malcolm), la Sinfónica de Londres (Istvan Fischer) y el Coro de Cámara de Bratislava con la Orquesta de Zilina (Jan Valta) tienen a su cargo la serie de conciertos orquestales y sinfónico-corales. El día 19 de agosto la ONE y el orfeón Donostiarrá recuerdan a Ataulfo Argenta con la Novena Sinfonía. Los músicos y cantores ingleses ofrecen versiones del Requiem, de Mozart, y El Mesías, de Hándel, Raquel Pieratti estrena, con la Nacional, la instrumentación de las canciones de Falla realizada por Luciano Berio, y los solistas Christian Zacharías (piano) y Víctor Tretiakov (violín) intervienen con la London Symphony, en tanto Malcolm Frager (piano) lo hace con la ONE. La música actual española está representada en el cielo por la Mahleriana, de Tomás Marco.
Ciclo sinfónico coral y homenaje a Argenta
Pilar Lorengar, José Carreras, el clarinetista Thea King y Narciso Yepes (que estrena la Sonata, de Ginastera) encabezan el cartel de solistas y obras de cámara. A sus actuaciones ha de añadirse un programa de música del siglo XX a cargo de Esperanza Abad y el Grupo Bartok, de Barcelona, con La historia del soldado, de Strawinsky; Pierrot Lunaire, de Schönberg, y el estreno absoluto del Trío para flauta, violoncello y piano, del castreño Arturo Dúo Vital.Bajo el epígrafe de «Grandes valores jóvenes», se incorporan al festival el violoncellista Lluis Claret (Bach, Kodaly) y el Premio Chopin 1980, Ivo Pogorelic (Beethoven, Schumann, Scarlatti, Ravel).
Música de cámara y recitales
En la iglesia de Santa Lucía, en el centro mismo de la ciudad y sobre el órgano Mutin-Cabaillé-Coll, tres organistas sintetizan la historia del romanticismo en esa especialidad. Montserrat Torrent, José Manuel Azcue y María Teresa Martínez han programado los más destacados compositores extranjeros y españoles del XIX y su reflejo en lo contemporáneo.
El festival en los pueblos
Con mayor volumen de escenarios y programas, el festival sale por tierras montañesas en busca de lugares significativos y marcos históricos como son el convento de San Luis (San Vicente de la Barquera), el santuario de la Bien Aparecida, el palacio del marqués de Comillas con su Capricho de Gaudí, la iglesia de Santa María, de Castro Urdiales, la de Laredo (ambas del siglo XIII). En los programas predomina la música barroca.
Otras actividades
La versión española de Carmen, de Bizet, realizada por Fernando Quiñones y J. Ramón Ripoll, congregará un público multitudinario en la plaza Porticada, donde el día 27 de agosto cantarán Lavirgen, Stella Silva, Esteve, Sardinero, Josefina Arregui, María Carmen Ramírez, Paloma Pérez Iñigo y Julio Catania, con dirección escénica de José Tamayo y música de Jorge Rubio.No falta una exhibición de jazz y hasta la plaza de Toros llegarán John McLaughlin, Al-di Meola y Paco de Lucía con sus guitarras acústicas.
Ya ha sido comentado en estas páginas el Curso de Interpretación pianística que dirigen el español Joaquín Soriano y el americano Malcom Frager, a lo que se unen conferencias y exposiciones como las de Pancho Cossio y Enrique Gran, autor del cartel festivalero. Y aunque no se estrene este año, conviene destacar el «encargo» de la Misa montañesa, hecho a Miguel Alonso, obra que conoceremos en el festival del próximo año.
Que el festival santanderino ha conseguido la estabilidad, tan difícil entre nosotros, es algo evidente. Como dato a tener muy en cuenta, figura la colaboración con las entidades oficiales (nacionales y locales) de empresas y organizaciones privadas: bancos de Santander y Cantabria, Cámara de Comercio, Banco Atlántico, Casino del Sardinero, IBM y Centro de Iniciativas y Turismo; es decir, la sociedad se responsabiliza del festival sin dejarlo en manos y a cuenta de la Administración.
Babelia
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