Detectadas varias irregularidades graves en las obras de urbanización de Mercamadrid
El antiguo director de las obras de urbanización de Mercamadrid, Eduardo Segovia Martín, y la empresa que se encargó de las mismas, Dragados y Construcciones, SA, podrían haber incurrido en graves irregularidades en relación con la ejecución de las mismas, según se desprende de un informe técnico realizado por Intemac a requerimiento de Mercamadrid. La empresa encargada de la gestión de los nuevos mercados centrales madrileños ha requerido notarialmente al señor Segovia y a la empresa constructora para que expliquen la irregular recepción definitiva de las obras y el hecho de que Mercamadrid haya pagado unos 77 millones de pesetas de más por la ejecución de éstas.
A finales del mes de julio de 1976 Dragados y Construcciones recibió el encargo formal, tras la celebración del correspondiente concurso público, de realizar las obras de urbanización de los nuevos mercados centrales de la ciudad. En el contrato que se firmó entre ambas partes se establecía que las obras serían realizadas bajo la supervisión facultativa «designada por Mercamadrid». Esa dirección facultativa fue encomendada al ingeniero de Caminos, Canales y Puertos Eduardo Segovia Martín.Las obras de urbanización de la unidad alimentaria, imprescindibles para poder continuar la construcción de los edificios que habrían de componerla, continuaron, aparentemente, de acuerdo con el proyecto previo.
De esta forma se llegó a firmar el 31 de mayo de 1978 el acta de recepción provisional y parcial de las obras de urbanización, que fue rubricada, en nombre de Mercamadrid, por el director facultativo, Eduardo Segovia, y en representación de Dragados y Construcciones, por su delegado de la zona centro, Baltasar Gaspar Tabernero. En ese acta se estipulaba que el plazo de garantía para las obras que se recibían sería de dos años. Las certificaciones de obra, gracias a las cuales Dragados fue cobrando las obras realizadas, fueron firmadas, dando su conformidad, por el señor Segovia, en representación de Mercamadrid. En virtud de esas certificaciones, la empresa constructora cobró de Mercamadrid la cantidad de 846.171.739 pesetas.
Sin embargo, antes de que concluyera el plazo de garantía establecido en el acta de recepción provisional y en el pliego de condiciones, el 8 de octubre de 1979, Dragados se dirigió por escrito a Mercamadrid para reclamarle que recibiera definitivamente las obras de urbanización realizadas y que le devolviera la fianza de algo más de 43 millones de pesetas que había depositado en su día como garantía de las mismas.
Evidentemente, Mercamadrid contestó a las pretensiones de Dragados con una carta en la que, tras recordar que el plazo de garantía no vencía hasta el 31 de mayo de 1980, le hacía llegar a la constructora una relación no exhaustiva de defectos detectados en la urbanización y que requerían su «urgente reparación». El requerimiento de Mercamadrid no fue, aparentemente, atendido.
Obras certificadas y que no existen
Diez días antes de que venciera el plazo de garantía otorgado, el director facultativo de las obras de urbanización, el repetido Eduardo Segovia, hace llegar al consejero delegado de la sociedad y a su director gerente un informe previo a la recepción definitiva de las obras. En ese informe se recomienda, entre otras cosas, que se comprueben «unidades que fueron certificadas y que, por las razones que sean, no existen».Una vez cumplido el plazo de garantía y tras diversas conversaciones entre Mercamadrid y Dragados, ésta se dio por enterada de los defectos detectados por la primera en las obras realizadas. El 10 de junio de 1980 envió una carta a Mercamadrld en la que, tras comentar los defectos reseñados, concluye diciendo que éstos no son imputables a una mala ejecución de las obras y que debe procederse a la inmediata recepción de las mismas, así como a devolver la fianza depositada. Posteriormente, Dragados aceptaría una posible demora en la fecha de recepción definitiva de las obras, siempre y cuando no se sobrepasara la del 30 de septiembre de 1980, toda vez que, según la empresa constructora, los defectos detectados no le eran atribuibles.
En el mes de agosto de ese mismo año Mercamadrid decide despedir a Eduardo Segovia de su cargo de director facultativo de las obras de urbanización, por considerar que su actuación había sido desleal con la empresa.
El 30 de septiembre de 1980 Mercamadrid se dirige por escrito a Dragados para comunicarle que, a pesar de cumplirse en ese día el plazo de recepción definitiva de las obras, no puede proceder a ella, toda vez que, en su opinión, no han side realizadas conforme al proyecto original y en perfecto estado.
Pero unos días después, exactamente el 9 de octubre de 1980, Eduardo Segovia, a pesar de haber sido despedido por la empresa algo más de un mes antes le escribe una carta al consejero delegado de Mercamadrid en la que le comunica que ha firmado el acta de recepción definitiva de las obras, dentro el plazo de quince días siguiente, a la terminación del plazo de garantía.
Informe técnico
Ante la situación de existencia de obras sin realizar, de muestras ostensibles de ruina en alguna de las efectuadas y de la negativa de Dragados a hacerse cargo de las reparaciones, Mercamadrid solicitó al Instituto Técnico de Materiales y Construcciones (Intemac) un detallado informe técnico sobre todas las cuestiones que afectaran a las obras. Intemac es una empresa de gran prestigio en el mundo de la construcción en España. Homologada oficialmente por el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo como laboratorio de control de calidad, esa empresa está dirigida por José Calavera, un ingeniero español de amplio y bien ganado prestigio.Del informe elaborado por Intemac se deduce que as valoraciones aceptadas por el director técnico, Eduardo Segovia, habían sido sobredimensionadas, fundamentalmente por diferencia de criterios en la valoración efectuada. Las diferencias detectadas suponen un exceso en la valoración, a favor de Dragados y Construcciones, de 77.397.891 pesetas. Los puntos en los que se aprecian las diferencias son en movimiento de tierras (más de 33 millones de pesetas), capa de rodadura sin ejecutar, aglomerado de vinilo, aceras que no han sido construidas pero sí cobradas, saneamiento y drenaje, distribución de agua, red de riego y galerías de servicio, red de alumbrado, red de distribución de energía y canalización telefónica.
El requerimiento notarial que Mercamadrid ha hecho llegar a Dragados y Construcciones y a Eduardo Segovia no ha sido todavía contestado en sus propios términos, si bien tanto una como otro han negado, ante el propio notario que hizo el requerimiento, las imputaciones que la empresa encargada de la gestión de los nuevos mercados centrales de Madrid les hace.
Con todo, si Mercamadrid sigue adelante con su reclamación frente a la empresa constructora y el que fuera el director facultativo de las obras de urbanización, sería posible que en el plazo de algunos días fuera presentada una querella criminal contra ambos,
De momento, Dragados ha presentado, según pudo saber ayer este periódico, una demanda judicial contra Mercamadrid, por considerar que el retraso en la recepción definitiva de las obras de urbanización de los nuevos mercados centrales le ha representado a esta última unos perjuicios económicos de difícil reparación. Mientras tanto, en medios municipales consultados por EL PAIS se esperaba al próximo lunes como fecha decisiva en el contencioso planteado entre Mercamadrid y la constructora encargada de la urbanización, si, tal como se calcula, las posturas mantenidas por ambas partes se enconan todavía más o se llega a una solución negociada, extremo este último que ayer aparecía como poco probable.
EL PAIS intentó, durante los días de ayer y el jueves, ponerse en contacto con el señor Segovia Martín o con algún responsable de la empresa Dragados y Construcciones. Sin embargo, dado el largo puente de este fin de semana y el hecho de que el citado ingeniero ha trasladado su residencia a la provincia de Málaga, esto no fue posible.
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