El pleno del Comité Central del PC polaco, dominado por los violentos enfrentamientos entre liberales y prosoviéticos
Acaloradas intervenciones de duros y liberales, suspensiones imprevistas de los debates y una rotunda negativa a que los miembros del Politburó se sometan a un voto de confianza llenaron ayer la segunda jornada del pleno del Comité Central del Partido Obrero Unificado de Polonia (POUP, comunista), sobre el que pesó en todo momento la drástica advertencia soviética contra el proceso de renovación emprendido por sus cuadros y sus bases. De hecho, en estas reuniones se juega no sólo el proceso renovador iniciado con la legalización del poderosísimo sindicato independiente Solidaridad, sino el propio futuro político del actual primer secretario del POUP, Stanislaw Kania. Las sesiones plenarias coinciden con las elecciones de delegados para el IX Congreso del POUP, que en principio ha de iniciar sus reuniones el próximo 14 de julio. Moscú se ha inmiscuido también en este proceso electoral, al afirmar que la mayoría de los elegidos son «oportunistas» y «revisionistas». El Politburó había propuesto ayer que todos y cada uno de sus miembros se sometieran, por separado, a un voto de confianza del Comité Central, de forma que tan sólo permanecieran en sus cargos aquellos que obtuvieran más de un 50% de votos favorables.
La decisión había sido adoptada por iniciativa del primer secretario, Stanislaw Kania -cuya gestión venía siendo puesta en duda por el sector duro del POUP-, en una reunión extraordinaria del Buró Político mantenida en un imprevisto descanso vespertino de las sesiones que desde el martes viene celebrando en Varsovia el pleno del Comité Central.Una nueva interrupción en los agitados debates tuvo lugar minutos después, cuando los primeros secretarios provinciales manifestaron su deseo de entrevistarse con Kania.
En las discusiones quedó clara la pugna entre los liberales y los duros (conservadores), abiertamente prosoviéticos, por hacerse con el poder en el seno del Politburó. Estos últimos redoblaron sus ataques contra Kania y contra su política de entendimiento con Solidaridad.
La segunda jornada del pleno del Comité Central del POUP se había iniciado en la mañana de ayer con una intervención conciliadora del viceprimer ministro, Mieczyslav Rakovski, para quien las soluciones políticas, la negociación y el diálogo son los únicos métodos para poner fin a las tensiones. El gobernante elogió la política de renovación emprendida por el partido, al tiempo que rindió homenaje a los "jóvenes cuadros» que están surgiendo en el proceso histórico de sustituir a una generación política por otra.
El viceprimer ministro pidió a los reunidos que no olvidaran que el partido «es el responsable ante la historia y ante el pueblo de la sangre derramada en Poznan (junio de 1956) y en la costa (en los puertos del Báltico, en diciembre de 1970)». Y recalcó: «No es admisible que un tercer suceso de este tipo se reproduzca, y si ello ocurre de todas formas, el partido estallará».
A renglón seguido, tomó la palabra el duro Tadeusz Grabski, miembro del Politburó y secretario del Comité Central, para continuar la ofensiva ya iniciada el martes por los representantes de este sector contra Kania. «Dada su actual composición, el Buró Político, bajo la dirección de Stanislaw Kania, no está capacitado para sacar al país de la crisis en que se encuentra», afirmó Grabski.
En respuesta a este ataque frontal, Kazimierz Barcikowski, también miembro del Buró Político y secretario del CC, salió en defensa de Kania, expresando su «sorpresa» ante las palabras de Grabski y mostrando su disposición a abandonar su puesto.
El ex rector de la Universidad de Varsovia Zygmunt Rybicki, pidió que Kania respondiera a las acusaciones de Grabski, tras lo cual se suspendieron las sesiones plenarias para reunirse el Buró Político.
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