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Tribuna:La financiación de la vida cultural / 3
Tribuna
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La descentralización es la clave de la vida artística alemana

En la República Federal de Alemania el teatro, la música, las bibliotecas y los museos son reflejo de la estabilidad política de que disfruta el país. Esa estabilidad no excluye la creatividad y el crecimiento. En una pequeña localidad alemana, Constanza, de 70.000 habitantes, el presupuesto para cultura es este año de doscientos millones de pesetas, casi 3.000 pesetas por habitante. En la RFA los ayuntamientos administran sus recursos y los dedican al desarrollo de actividades de carácter artístico.

La característica esencial de la vida cultural en la República Federal de Alemania es su total descentralización hasta el nivel municipal. En la RFA son los ayuntamientos los encargados de financiar y mantener Ias actividades culturales, el teatro, la música y los museos.Por este motivo resulta casi imposible dar cifras absolutas de las inversiones en cultura en la RFA, donde no existe un ministerio federal de cultura pero sí hay en cada ciudad un departamento encargado de esas actividades.

Tampoco existe en los Gobiernos federales un ministerio de cultura. Sólo en los Estados de Baja Sajonia, Hamburgo y Bremen existen ministerios encargados de ciencia y arte o simplemente de cultura, pero hay que tener en cuenta que las dos ciudades hanseáticas, Bremen y Hamburgo, son ciudades- Estado, donde administrativamente se unen la Administración municipal y la de un Estado federal (land). Berlín Oeste tiene también un senador (ministro) encargado de la cultura.

La municipalización de la vida cultural garantiza una pluralidad de la oferta cultural según el color político del Ayuntamiento o el talante democrático del alcalde. Un buen ejemplo podría ser la ciudad de Stuttgart durante el otoño alemán, el año 1977, en plena histeria antiterrorista.

El Estado de Baden-Wuerttemberg estaba regido por la democracia cristiana (CDU), con el siniestro presidente de Gobierno Hans Filbinger, antiguo juez de la marina nazi, con intervención en juicios de sangre. En la capital del Estado, Stuagart, el alcalde, Manfred Rommel, también democristiano, hijo del célebre mariscal, es un hombre de talante liberal. Cuando el presidente de Gobierno, Filbinger, se lanzó en una campaña contra el director del teatro municipal, Claus Peymann, el alcalde, Rommel, salió en su defensa y evitó que fuese despedido.

En Francfort hubo un cambio en la Alcaldía, los democristianos llegaron al poder y casi inmediatamente muchas de las actividades culturales de signo progresista quedaron cortadas.

Teatro, música, bibliotecas y museos constituyen los pilares de la vida cultural en la RFA. En todo el territorio federal existen unos trescientos teatros, de los que sólo una quinta parte está en manos privadas. El teatro, en la RFA, existe prácticamente gracias a las subvenciones.

Trescientos teatros

En la temporada 1977/1978, el costo de los teatros fue de 1.400 míllones de marcos (unos 56.000 millones de pesetas), de los que sólo un 16,50% se cubrieron con la venta de entradas. Las cinco sextas partes restantes salieron de fondos públicos, lo que representa una subvención de 54 marcos (2.160 pesetas) por habitante en cada uno de los municipios que tienen un teatro.

En la temporada 1975/1976 asistieron a representaciones teatrales diecisiete millones de ciudadanos de la RFA, fundamentalmente a base de abonos. En cada ciudad pequeña alemana, el teatro local es motivo de orgullo, y en muchas familias, el abono anual al teatro es parte indispensable del presupuesto de gasto. En toda la RFA hay 72 orquestas nacionales o municipales subvencionadas y sesenta salas de conciertos.

El presupuesto de actividades culturales de una ciudad alemana occidental se puede ver a través de algunos ejemplos. La ciudad-Estado de Hamburgo (1.700.000 habitantes), con un senador (ministro) dedicado a la cultura, tiene un presupuesto de casi 191 millones de marcos (7.680 millones de pesetas) para el año 1981. Esta cifra representa un gasto de unas 4.500 pesetas por habitante dedicadas a cultura, en una ciudad donde los socialdemócratas gobiernan con mayoría absoluta.

En Francfort (633.000 habitantes), con un Ayuntamiento democristiano, están previstos para este año unos gastos de casi 195 millones de marcos para actividades culturales, unas 12.000 pesetas por habitante. Un portavoz de la administración municipal declaró a este periódico que «eso son sólo gastos corrientes. Para este año están previstas inversiones de unos 137 millones de marcos».

Una ciudad pequeña al sur de la RFA, Constanza, en la frontera con Suiza, de 70.000 habitantes, dedicará este año a la cultura cinco millones de marcos (unos doscientos millones de pesetas), casi 3.000 pesetas por habitante.

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