El presidente italiano designará hoy al primer encargado de formar Gobierno
El presidente de la República italiana, Sandro Pertini, designará esta tarde al encargado de formar nuevo Gobierno. Si mantiene el procedimiento habitual de crisis anteriores, volverá a encargar al dimisionario jefe del, Gabinete, Arnaldo Forlani, de sondear el ambiente para la formación de un nuevo Gobierno. Esto sé debe al hecho de que el partido de mayoría relativa que es la Democracia Cristiana tiene siempre la preferencia en estos intentos. Y el partido de Forlani ha vuelto a proponerlo como único candidato. Pero todo hace prever que no será Forlani el nuevo presidente del Consejo. Así se desprende de las primeras declaraciones de los principales líderes políticos después de sus encuentros respectivos con Pertini.
En estas declaraciones, muy prudentes para no quemarse antes de tiempo, pero muy graves, se advierte que, esta vez, la crisis es de gran envergadura. Por primera vez se habla de un posible cambio profundo. Enrico Berlinguer, secretario del partido comunista, que es la segunda formación del país, dijo ayer al jefe del Estado, sin medias tintas, que los comunistas «no aceptarán ningún candidato democristiano».-Por su parte, Flaminnio Piccoli, secretario general de la Democracia Cristiana, ha repetido, como siempre, que «todo debe continuar en la línea actual». Que los democristianos no están dispuestos a ceder la Presidencia del Gobierno -y que, como mucho, se podría ampliar la actual mayoría de centroizquierda incluyendo a los liberales.
La principal incógnita es Bettino Craxi, líder del partido socialista, (PSI), sin el cual no es hoy numéricamente posible formar un Gobierno porque los democristianos necesitarían para ello los votos del partido neofascista que dirige Giorgio Almirante, cosa que no puede aceptar la DC, o los votos comunistas, que no se los va a dar. Craxi fue muy astuto. No pidió para su partido la presidencia del Gobierno. Dijo que esto depende del jefe del Estado y de la disponibilidad de los comunistas a apoyar tal hipótesis. Y es que Craxi, que ya fue candidato a formar Gobierno y tuvo que renunciar, no quiere quemarse dos veces. Pero lo que sí le dijo muy claro a Pertini es que los socialistas no están dispuestos a seguir asegurando la gobernabilidad del país si no se forma un Gobierno capaz de «realizar un saneamiento urgente de la vida pública, unido a un sistema de reformas profundas de la economía, de la Administración pública y de las instituciones del país».
El presidente Pertini ha dicho, por su parte, que «no está dispuesto a disolver el Parlamento». También lo dijo la vez anterior, pero, al final, no tuvo más remedio que recurrir a esta medida.
Los socialistas desearían poder llegar a las importantes elecciones municipales del 21 de junio próximo para sondear la opinión pública, después de su importante congreso de Palermo y de la victoria laica sobre el aborto.
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